La inconclusión de un destino

Teódulo López Meléndez El mundo que asoma no puede ser enfrentado con simplismos y menos con paradigmas anticuados, aunque exista Trump. Si algo comienza y avanza lo que sabemos de él es necesariamente incompleto y toda respuesta, por ende, es inacabada. Todo proceso implica por definición movimiento permanente. La noción de exactitud no existe. Estamos en un mundo de incertidumbre y la única manera de abordarlo es desde las probabilidades y esta conclusión no excluye a lo que en el pasado fueron llamadas ciencias exactas, porque las ciencias en cuanto modo de conocer han sido superadas por lo que ha sido llamado un nuevo paradigma epistémico. Veamos el ángulo de la explicación. La tecnología nos ha alterado. Estamos articulados, ya somos híbridos con constantes presencias poshumanas, con modificación sustancial de los flujos de sentido. La tecnología nos ha sembrado en la ausencia. En las redes sociales percibimos el vacío de las subjetividades o una multiplicidad...