Teódulo López Meléndez
El mundo que asoma no puede ser enfrentado con simplismos y menos con paradigmas anticuados, aunque exista Trump. Si algo comienza y avanza lo que sabemos de él es necesariamente incompleto y toda respuesta, por ende, es inacabada. Todo proceso implica por definición movimiento permanente. La noción de exactitud no existe.
Estamos en un mundo de incertidumbre y la única manera de abordarlo es desde las probabilidades y esta conclusión no excluye a lo que en el pasado fueron llamadas ciencias exactas, porque las ciencias en cuanto modo de conocer han sido superadas por lo que ha sido llamado un nuevo paradigma epistémico.
En otras palabras, el discurso convencional cae, entre otras razones, porque parece difícil discernir un sentido en estos momentos de interregno en la organización humana. La tecnología ha alterado las formas identitarias, en un presente que tiende a hacerse perpetuo, uno representado por la ausencia.
La forma de mirar las relaciones entre el hombre y la realidad es lo que nos debe conducir hacia una revalorización de lo humano por sobre una razón mecanizada. Son tales los procesos y subprocesos en lo social, en lo político y en el conocimiento que podrían ser definidos como metaprocesos o metafenómenos a enfrentar con una visión de pensamiento complejo y con transdicisciplinariedad.
Como nunca vivimos en el simulacro, de lo que quizás sea definible como una ilusión de lo humano. Es esta la era y sobre ella debe escribirse, también porque desconocemos el destino, uno de inconclusión.
El mundo que asoma no puede ser enfrentado con simplismos y menos con paradigmas anticuados. Si algo comienza y avanza lo que sabemos de él es necesariamente incompleto y toda respuesta, por ende, es inacabada. Todo proceso implica por definición movimiento permanente. Estamos en la incertidumbre y la única manera de abordar es desde las probabilidades.
En Venezuela la precariedad de la mirada se ve venir en To vote or not to vote, por la permanente premisa de aferrarse al pasado incorporado a un eterno presente.
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