El país del día siguiente

Teódulo López Meléndez Quizás como nunca hemos dejado atrás el pasado sin que exista un presente atrayente. La ausencia de verdades proclama como necesaria la reinvención del venezolano, de uno que se debate entre una mirada resignada y un escepticismo intraducible a acción creadora. El deterioro de lo social-político refuerza al venezolano en la incertidumbre. El peligro inminente es la pérdida de la voluntad que prefiere dejarse dirigir antes que desafiar de nuevo al pensamiento. Seguimos viviendo sembrados en la trayectoria de lo pasado, una que conduce a ninguna parte. Hasta la forma de pensar sigue siendo la misma, en una especie de parálisis cerebral que nos impide comprender que debemos generar ideas que puedan producir una transformación de la realidad inmediata. Estamos sin los amarres del pasado y sin una definición del porvenir. Es una auténtica contracción del futuro indefinido. Ante la intemperie el venezolano está tendiendo a sumirse en la simplicid...