La invención de las respuestas nuevas
Teódulo López Meléndez Todo proceso histórico está lleno de coherencias y de incoherencias. La política es el sitio preciso para comprender el conflicto, lo que implica considerarla como el establecimiento de esa comprensión, una que pasa por reconocer que el orden civil es un cambio permanente que no puede determinarse desde la exclusión. Hay un profundo desgaste de la política hasta el punto de haberse devaluado como principio de entendimiento. El punto clave está en el discurso. Asistimos así a sociedades enemistadas y atomizadas, donde el juego democrático ha sido amputado. Podemos admitir todas las fallas de la vieja democracia, una que dio suficientes muestras de ineficacia estructural para alcanzar el bien común, de manera que centrarse en ella como respuesta a la contraparte es un incentivo al conflicto. Es lo que, en términos gramscianos, se llama “sentido común”. La mejor manera de construcción del futuro es alimentar el presente con él. Nadie pide la sustitució...