Teódulo López
Meléndez
Todo proceso
histórico está lleno de coherencias y de incoherencias. La política es el sitio
preciso para comprender el conflicto, lo que implica considerarla como el
establecimiento de esa comprensión, una que pasa por reconocer que el orden
civil es un cambio permanente que no puede determinarse desde la exclusión.
Hay un profundo desgaste
de la política hasta el punto de haberse devaluado como principio de
entendimiento. El punto clave está en el discurso. Asistimos así a sociedades
enemistadas y atomizadas, donde el juego democrático ha sido amputado. Podemos
admitir todas las fallas de la vieja democracia, una que dio suficientes
muestras de ineficacia estructural para alcanzar el bien común, de manera que
centrarse en ella como respuesta a la contraparte es un incentivo al conflicto.
Es lo que, en términos gramscianos, se llama “sentido común”.
La mejor manera de
construcción del futuro es alimentar el presente con él. Nadie pide la
sustitución de una ficción por otra. Lo que se requiere es hacer de la mirada
una complejidad de interacción. Si nos sentamos en las creencias sin dotarla de
visión el presente se asienta y el futuro se torna esquivo. Prospectiva es una
manera de mirar a lo lejos y de lejos.
En términos de la
tecnología se puede hablar de “gestión de la innovación”. En ese campo
encontramos expresiones tales como aquella que indica que la mejor manera de
predecir el futuro es creándolo uno mismo. Nadie pretende que esta inerme
sociedad venezolana olvide el presente. Lo que nos permitimos recordarle es que
encerrada en el presente se ha olvidado de pensar el futuro y, en consecuencia,
ha contribuido a eliminar lo político.
La labor pedagógica
pasa por comenzar a decir que en el siglo XXI la política no es lo que fue. Hay
que inventar el siglo que sólo será posible si inventamos la política de este
siglo, pues nada es construible en cuanto a organización humana que no esté
marcada por la nueva concepción de la política.
Frente al conflicto
hay que inventar respuestas nuevas desde una nueva cultura política. La cultura
política no es una entelequia. Es al mismo tiempo pensamiento que conlleva a
los nuevos sentidos y los nuevos sentidos que no se pueden generar sin
pensamiento.
@tlopezmelendez
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