La cultura del desvarío

Teódulo López Meléndez Se han establecido comportamientos uniformados. Y se hacen hábito. La experiencia cotidiana se estructura y a su vez estructura a la sociedad. Podríamos decir que tenemos una “cultura del desvarío”. Reproducimos, así, el estado del cerco. Esta es ya la manera de vivir de los venezolanos. Ya somos otros. Ahora somos un capital social disminuido. Dentro de esta sociedad reconformada se está haciendo inviable el ejercicio democrático, no se le considera forma de expresión lógica. Negar es el nuevo hábito, pero lo compensamos con reflejos amenazando con las acciones más violentas, mientras acusamos, al que se mueve sobre la lógica, de colaborar con la nueva estructura de hábitos y comportamientos. Los principios esenciales han sido trastocados y ya no funcionamos derivando de ellos. Es posible cambiar la subjetividad humana, lo que hace necesaria la multiplicación de la voz de la inteligencia hoy adormecida. Por ejemplo, el hábito del crecimi...