Teódulo López Meléndez
Estos días he estado organizando un pequeño volumen que he titulado “Breve noticia sobre el hombre”. En efecto, las noticias sobre el hombre son cada día más escasas. Una paradoja se le agrega en el caso venezolano: si uno se remite a lo que escribía años atrás, décadas atrás, encuentra una repetición de los comportamientos viciosos, unos que escapan a las características democráticas o autoritarias de un régimen en turno, unos que parecen sembrados en nuestra psiquis y en nuestras prácticas políticas.
En el contexto global vuelve a
aparecer un divorcio entre las ideas y los gobernantes. El hombre se llena
ahora de populismo y autoritarismo convencido de una democracia enclenque que
no da respuestas. Si uno mira los años finales del siglo XX, el agotamiento ya
está anunciado. Sin caer en determinismos históricos se presencia como,
coincidente con esa medición del tiempo, brota el cansancio como norma, uno
donde cambian las denominaciones o los adjetivos, pero uno recurrente.
En lo nacional venezolano los
períodos son más cortos, quizás afortunadamente. El líder providencial, el
Mesías, o las “venganzas” contra los demócratas convertidos en castas, están
allí y acullá. El desinterés por la res
publica es otra constante.
La pandemia ha vuelto a poner
sobre el tapete los eventuales cambios del hombre, lo que no nos debe hacer
olvidar que, en principio, se acelerarán los elementos que estaban planteados,
tales como nanotecnología, inteligencia artificial o coches eléctricos,
mientras miramos de soslayo otro virus que está en las puertas de nuestra
existencia: el cambio climático. En el terreno de lo político olvidamos que la democracia es esencialmente renovable,
que si seguimos con los mismos conceptos y paradigmas vamos a consolidar esas
dos peligrosas bacterias llamadas autoritarismo y populismo. Lo más destacable
es que los jóvenes que aparecen en escena traen los mismos conceptos y la misma
praxis, como provenientes de un contagio.
Hemos asistido sólo a una
pandemia, sin embargo las reflexiones están allí, desde siempre, tanto que este
pensador se queda perplejo cuando revisa lo dicho y se pregunta si no será lo
mejor dejar quieta esta “Breve noticia sobre el hombre” y admitir que el hombre
lleva en sí la pandemia.
@tlopezmelendez
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