Una sociedad disociada
Teódulo López Meléndez La economía, alzada por encima de la política, puede conducirnos –de hecho nos conduce- a un aumento de las desigualdades entre países y entre seres humanos. Ya se ha señalado el peligro del surgimiento de una “sociedad disociada”. Los patrones económicos cambian mientras los líderes mundiales se comportan como si todo se limitara a una crisis puntual, persistente pero superable con procedimientos habituales. Continuamos explotando fuentes de energía fósil con una voracidad creciente. El rendimiento de los alimentos, considerados por hectárea, han subido, pero generalmente a un precio nada deseable. Los medios de producción han cambiado a tecnología intensiva. Aquello que llamábamos campesinos sobreviven en zonas reducidas del planeta y no hay quien absorba la mano de obra sobrante por causa de la técnica o por mudanzas a zonas nacionales de mano de obra barata. Para producir se necesitan cada vez más conocimientos y ellos no parecen alcanzar a la...