De chiripa

Teódulo López Meléndez La chiripa ha trascendido. De pequeña cucaracha pasó al billar y a la política, al fin y al cabo ejercicios parecidos sobre una mesa con tapete. No sabemos si desde allí pasó a la cotidianeidad del lenguaje, dado que de chiripa nos ocupamos del asunto. Pero no olvidemos que exclamarla equivale a la obtención de un logro, de chiripa. Es una carambola para celebrar una obtención o el habernos librado de algo, con derivaciones hacia el amontonamiento de pequeños heterogéneos, como es el caso de aquel chiripero que se agrupó en torno a Rafael Caldera y que hoy se hace recordar en nuevos intentos. Cuando se pregunta a algún encuentro sobre condiciones personales o satisfacción de necesidades básicas inevitablemente se escucha “de chiripa”. Se come de chiripa o se atiende la enfermedad de chiripa, lo cual muestra una variante de la expresión equivalente a “por pura casualidad”. En este país se sobrevive de chiripa. Soportamos a los actores –n...