Entradas

Mostrando entradas de julio, 2008

LA INMOVILIDAD DE UN TRAYECTO

Imagen
por Teódulo López Meléndez La última vez que me ocupé de Filippo Tommaso Marinetti fue para dejarlo encerrado en un viejo palacio de Venecia(Jardines en el mundo, 1996). Lo dejaba allí con todas las vanguardias, en una exposición como cualquier otra, como pieza de museo. Al fin y al cabo, pensaba, las vanguardias habían asumido un signo ambiguo. La carga del Manifiesto futurista me parecía muy bien entre gruesas paredes por la evidente contradicción, reforzada sin duda, entre ideal civilizador y progreso técnico-científico. Aún más, posmodernidad, reflexionaba, nace en el momento en que la vanguardia(lo moderno) se agota en su proceso de demolición. Marinetti no podía saber que la concepción del tiempo variaría radicalmente y que en esto que ahora llamamos “tiempo real”, donde el presente y el ahora son omnímodos, sus deseos de un hombre identificado con un motor nos obligaría a meter las manos en el polvo que se desprende de aquél documento. Allí se hablaba de la belleza de la vel...

CAMBIO DE LENGUA EN LA MISMA LENGUA

Imagen
por Teódulo López Meléndez Tal vez debamos ir hasta Sócrates: "Yo me imagino que nuestra alma se parece entonces a un libro". O tal vez debamos situarnos en un momento de esplendor de la Razón, pues es Kant quien afirma que el objeto es aprehensible sólo por medio de representaciones. Luego Heidegger proclama al lenguaje como la casa del hombre y agrega: "El que habla es el lenguaje, no el hombre...". En realidad el llamado proceso de deconstrucción comienza en la búsqueda heideggeriana. En cualquier caso, la filosofía comenzó a moverse de sitio, hacia el lenguaje, y comenzó por el intento de trasladar a él el objetivismo cientifista, como en Saussure. De allí en adelante Levi-Strauss, Foucault, Barthes y otros cuantos. En otras palabras, se inició la traslación del ansia de saber de lo epistemológico hacia la hermenéutica. Digámoslo así: se dejaron de lado los ojos que se fijaban en los principios del conocimiento humano para volcarse sobre la interpretación de los...

Lo ilimitado como barbarie

Imagen
por Teódulo López Meléndez Los hombres se entregaron a Dios, luego a la Razón, luego a la Utopía, luego a la Ideología, luego al Amor y han terminado en la adoración de las cosas. La constatación de los cadáveres es el signo de este tiempo. Desde El banquete hasta La naturaleza del amor, desde Platón hasta Stendhal, desde Ovidio hasta Octavio Paz, desde aquella afirmación tajante de Hauden: "El amor es una enfermedad del cristianismo" hasta los improperios de Nietzsche; Denis de Rougemont, el psicoanálisis, Freud, Jung, Lacan, la Kristeva; ciertamente muchos se han ocupado del amor. La literatura sobre el tema hurgaba en su existencia, mientras ahora se pone en duda su salud: desde Rougemont, en El amor y Occidente, aunque termine su brillante ensayo con un inconexo alegato sobre el matrimonio y la fidelidad, hasta Paz en "La llama doble", quien se limita a admitir una crisis del amor y evade el punto culminante de su probable muerte. Sabemos que el amor co...

El patético tiempo del nuevo milenio

Imagen
por Teódulo López Meléndez La noticia se ha banalizado. Vivimos un mundo de instantaneidad peculiar en la cual se ha hecho parte del show massmediático. Es como un comercial más, como un espectáculo más, como una cotidiana entrega de los premios "Oscar". MacLuhan había dicho que "el medio es el mensaje", lo que sólo parcialmente continúa a ser verdad. En buena parte, la vieja acepción del maestro canadiense ha sido trastocada por otra que bien puede ser "la velocidad es el mensaje", para usar una terminología propia de Paul Virilio, el pensador francés apropiado para estos tiempos de muerte de la distancia. La noticia, si suponemos por un instante que existe, es siempre vieja. Ello nos lleva a concluir que los massmedia sienten particular odio por todo lo que se mantiene. Así, podríamos decir que el medio es el principal agente de la “revolución” universal. En efecto, si algo se mantiene es contrario a sus intereses, pues no podrían alimentar la c...