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La estructura laberíntica de las comunicaciones

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  Teódulo López Meléndez Estamos ante un estructura laberíntica en el mundo de las comunicaciones, una que muchas veces aparenta ser de fluidez   y que parece reducirlo todo a la historia de la tecnología y, en consecuencia, la comunicación a la ideología maquinal, a lo que se ha denominado la era tecnotrónica.   La ciudad cableada es la utopía que tenemos delante, una que conlleva a nuevas relaciones en todos los ámbitos, una a la que algunos atribuyen poderes demiúrgicos de emancipación y otros un poder apocalíptico de alienación. En cualquier caso, es obvia la relación de interdependencia entre la técnica y lo social lo que conlleva a la necesidad de una praxis crítica de la educomunicación. Marchamos hacia un mundo de formas culturales híbridas, uno donde el egocentrismo cultural ha caído y donde no existe un modo dominante de interpretación. Es ahora muy difícil discernir un sentido en el tiempo.   Los actuales modos tecnológicos de comunicación han trans...

La generación de identidades

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  Teódulo López Meléndez Definimos como realidad virtual a un sistema informático que genera representaciones de la realidad sin ningún soporte físico. Se trata de una simulación que desconecta los sentidos de la realidad real.   En el mundo de las comunicaciones en redes emerge una sociedad virtual al lado de una real. Su territorio es el ciberespacio. Aparecen, así, nuevas disciplinas como la ciberantropología dedicada al estudio de las nuevas identidades sociales que emergen y a la lógica de sus interacciones con la sociedad real. Ya surgió una nueva identidad, los netizens o ciudadanos de la red. Es obvio que esa sociedad virtual es intangible pues sólo la integran bits de información, pero sus efectos sobre la sociedad real son tangibles. El ciberespacio ha cambiado, por supuesto, las viejas nociones elementales de espacio y tiempo. Sin embargo, cuando hablamos de realidad virtual aparentemente estamos enfrentando dos términos opuestos. Si lo real es lo que tie...

Las consecuencias de estar-aquí

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    Teódulo López Meléndez El hombre de estos tiempos no viene de la manga de un prestidigitador. El hombre posmoderno es heredero directo de la modernidad. Lo que estamos viviendo parece ser el punto final de una evolución ya detenida, lo que, si queremos, podemos ver en Nietzsche como el proceso desde la elevación maníaca hasta la mediocridad semidepresiva. Por supuesto que este camino no ha sido lineal. La decadencia aparece como un gráfico de movimiento de las economías, con aristas de subidas y caídas, pero siempre marcando la decadencia hasta el hombre estupefacto de hoy. El espíritu de esta época es el del autoengaño, el de la falsificación en el dinero y el éxito. Los dioses ya no hablan, mantienen un larguísimo silencio que ha llevado a los hombres a producir su propio entusiasmo bajo directa administración materializada en esta huida hacia delante que se empeña en mantener la historia de la especie. En este mundo de comunicación absoluta conocemos la casa glo...

El cinismo de este tiempo

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    T eódulo López Meléndez En los tiempos de las innovaciones tecnológicas el hombre posmoderno intuye que ellas se quedarán cortas en cuanto se refiere a sus propias mudanzas. La decepción de este hombre lo lleva a la convicción de que restar sensible es utópico, pues mantener los sentidos en alerta ante una felicidad que no llegará, es necio. El cinismo aflora en el siglo XXI. Ya no el de Diógenes, ni siquiera aquél manifestado por Oscar Wilde cuando exclamó que él no era un cínico sino un hombre con experiencia, para preguntarse, sin embargo, si acaso no eran la misma cosa. El mismo sentido de pasividad estaba en Antístenes, discípulo de Sócrates. Un pintor italiano, Giorgio de Chirico, lo resume: los hombres tienen caras redondas y vacías, miembros proteicos y son geométricamente parecidos a los humanos, pero sólo se les asemejan. La humanidad gorda de Botero los hace a todos un indeterminado uno. El hombre de ambos pintores se parece a todos y a nadie. Diógenes ...

La política para construir vínculos

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    Teódulo López Meléndez   La política no puede ser una acción que busca el poder y no más. Ni una administración desconsiderada de la normalidad. La política sin ideas es una actividad bastarda. La política, en consecuencia, es invención. Cuando deja de serlo sobreviene el cansancio y se asoman las espaldas de los elementos sociales. La organización social del hombre no nació como la vida ni crece como las plantas. La política que carece de empuje proveedor de consistencia es una futilidad. Dado que las formas políticas son invención del hombre no puede desgajarse de la política la capacidad renovadora. Bien se dice que el pueblo no existe, lo crea la política. De esta manera hay que decir que la principal actividad de lo político es dar sentido y toda democracia pasa a ser un proceso ininterrumpido de transformación. De esta manera la política y la democracia, es decir, la acción y sus resultados, no pueden ser otra cosa que inserción constante de nuevas opc...

Cavilación sobre Roma

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    Teódulo López Meléndez La única noticia es que el nuevo límite del hombre es la velocidad con que la noticia se produce y es transmitida, no los sucesos en sí. La noticia es el hecho mismo que nos acontece, la unificación en una onda electromagnética soberana que nos hace innecesaria cualquier movilidad. Como bien lo dice Virilio, si a usted lo que le preocupa es que los días pasan, pues deje de preocuparse, que pronto dejarán de pasar. Ya el tiempo deja de ser éste de la sucesión del día y de la noche, este cronológico que hasta el momento hemos contado. El tiempo lo es ahora aquél de la exposición, el de la duración de los acontecimientos, el tiempo instantáneo. Esto implica que "ya no estamos", no estamos con una presencia concreta, sino con lo que Virilio llama "una telepresencia discreta".   Estamos presentes, pero lejos, lo que elimina la duración a favor de lo "directo". Al ser así, el presente debe ser reinterpretado, pues pasa a ser un...

La construcción de sentido y valores

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  Teódulo López Meléndez La mutación del conocimiento es obvia, lo que Morin llama “una masiva y prodigiosa ignorancia” , lo que obliga a liberarlo de especialistas ignaros y de doctrinas obtusas. Hay que mirar a la complejidad, a todo el tejido que constituye este mundo fenoménico, a la vida como una auto-eco-organización extraordinariamente compleja que debe producir la autonomía mediante la búsqueda de la unidad múltiple.   Sobre el fin o la continuidad de la evolución humana se buscan las diferencias entre los mecanismos de la evolución biológica y los de la evolución cultural. Las complejas exigencias sociales no están codificadas en los genes y nuestra especie ha evo lucionado por medios sociales y culturales. Dentro de este campo de posibilidades los llamados cibernéticos humanistas, como Joseph Weizenbaun ( Ethics of artificial intelligence , The threat to human  dignity ) , llaman a evitar la aplicación indiscriminada de computadores a lo humano manteni...