La reinvención cognitiva
Teódulo López Meléndez
La idea de una inteligencia colectiva es uno de los temas predominantes en la investigación no ficticia de nuestro mundo. Consiste en que los sesgos cognitivos individuales pueden ser llevados al pensamiento de grupo para alcanzar un rendimiento intelectual mejorado. Podríamos también explicar argumentando que se puede llevar a las comunidades humanas hacia un orden de complejidad mayor.
La
inteligencia colectiva debe ser valorada y coordinada para llevarnos hacia la
construcción de las bases de una sociedad del conocimiento, lo que implica, de
entrada, el enriquecimiento mutuo de las personas. Si aceptamos el concepto, se
modifican los conceptos de élite y de poder, y se rompen los paradigmas del
liderazgo, más aún, los de la soberbia, pues reconocerlo implica desde ya una
manifestación de humildad.
Ahora
esa inteligencia repartida debe ser sometida a una acción para que comencemos a
conseguir la inteligencia colectiva. Teilhard de Chardin, buen definidor de la
persona por diferenciación de individuo, habló de noosfera (conjunción de los
seres inteligentes con el medio en que viven).
Pues
bien, la clave está, quizás, en crear numerosas y pequeñas noosferas. Ello pasa
por ver con menos individualismo y en un contexto ético de alteridad.
En
este plano de intercambio conseguiremos un mundo de significaciones lo que
llevará a la movilización de las capacidades. Ello pasa por identificarlas y
reconocer la diversidad. El primer paso es la aceptación de que estamos en la
era del conocimiento y que en consecuencia debemos actuar dentro de ese marco.
La potenciación de las capacidades parte de la conformación de un estado
positivo que le permita a la persona actuar con otros y conseguir la apertura.
Y resultaría innecesario agregar que el pensamiento que se genera de esta
manera es libre y no sometido a manipulaciones. Y también que no se trata de
fusionar inteligencias individuales en masa, sino de activar un nuevo modo de
identificación.
Otros
hablan de inteligencia conectiva, para poner el énfasis en la conservación de
la personalidad de cada quien, de las ideas y del yo de cada quien. Esto es, la
gente no piensa junta para llegar a determinadas conclusiones, sino que piensa
junta para obtener valor de la conexión y de la confrontación de ideas.
Inteligencia colectiva o inteligencia conectiva, pero inteligencia organizada. De allí, si no reinventamos la democracia no habrá futuro y
para ello es menester que el cuerpo social genere, mediante su constitución en
colectivo inteligente, las herramientas necesarias para lograrlo.
El espacio de esas herramientas es el conocimiento, el poder de pensamiento, de un espacio dinámico y vivo donde se transforman cualidades del ser y maneras de actuar en sociedad. Pierre Lévy, nos recuerda que ahora se trata de un espacio moviente y paradójico que nos llega también del futuro, uno donde, donde no podemos limitarnos a los problemas de la supervivencia y del poder.
Hay un cosmos en mutación y debemos ponerle nuestras rúbricas, firmarlo abajo mediante nuestra reinvención colectiva. Es, fundamentalmente, un asunto político y un asunto de la democracia.
@tlopezmelendez
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