La realidad social

 





Teódulo López Meléndez

La sociología ha abundado tesis sobre el concepto de “realidad social”. Desde las que la consideraban una integración de sustancias individuales por decisión voluntaria y racional hasta las más actuales que desdeñan de esa sustancia individual alegando que los individuos están modificados por los otros que han intervenido y modificado su propia realidad, constituyendo lo que bien podría denominarse una unidad primaria. Otras sostienen que lo social es pura imitación subsistiendo, obviamente, la individualidad que es lo que cada uno hace por sí mismo. Si concluyésemos que estas formas pertenecen a lo físico de cada individuo, pues no habría “realidad social” sino individuos con modulación social.

La realidad social bien puede definirse como una construcción simbólica estructurada por una sociedad específica, esto es, como una combinación de subjetividades que parte siempre de sus propios parámetros y prejuicios, derivadas de sus relaciones internas y de la visión de su entorno, uno condicionado por diversos tipos de factores, desde la información que circula hasta los paradigmas internalizados en las mentes de sus componentes. En otras palabras, la realidad de un cuerpo social sólo puede lograrse mediante el recurrir a abstracciones y análisis que van desde la psicología social hasta el análisis de los medios de comunicación, desde la investigación sociológica de campo hasta la penetración en el lenguaje prevaleciente, desde las relaciones económicas hasta una medición del grado de conciencia política. 

La realidad social es multiforme, dada la obvia multiplicidad de sus actores y de los factores que le son inherentes. Desde el control social que se ejerce sobre los individuos hasta los valores, las formas de ejercicio del poder en su seno hasta la implementación de los cambios culturales.

Los intentos de cambios originados desde arriba suelen encontrarse la resistencia ante la intervención social inspirada por una concepción ideológica ortodoxa. Los exitosos suelen provenir de factores internos de gran variabilidad y que van desde el hartazgo ante un sistema autoritario, hasta una concepción amplia y conveniente de la política que abarca todo tipo de transformaciones internas.

Una realidad social no es colocar un observador sobre un amontonamiento. Es la riqueza de la multiplicidad de alternativas que bien pueden concentrarse en objetivos, lo que plantea el concepto de conocimiento.

No hay construcción posible de nuevas realidades sociales sin la presencia de la imaginación traducida a ideas. El conocimiento implica la toma y la respuesta, el conocimiento implica un juicio.

@tlopezmelendez

 



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