Teódulo López
Meléndez
La globalización está aquí, como también una regionalización supranacional. Al mismo tiempo los Estados ceden soberanía y el mundo local entra en una revitalización multidireccional. Son, pues, varios los planos en que se produce la reorganización del mundo: globalización, regionalización supranacional y localización.
David Held (La democracia y el orden global: Del Estado moderno al gobierno cosmopolita) ha llamado al proceso una “democracia cosmopolita”, pues obvio que la nueva forma implicará la necesidad de reinventar la democracia y la participación pluralista de los ciudadanos. En cualquier caso, no hay lugar a dudas para cualquier analista de los procesos políticos globales que marchamos hacia otros niveles, como bien lo resume Alberto Rocha en El sistema político mundial del siglo XXI: un enfoque macro-metapolítico. Es lo que Held denomina un sistema de “geogobiernos”.
Es obvio que habrá de redefinirse lo que hoy llamamos nacional ante el nacimiento de estos nuevos niveles espaciales y multidimensionales, como lo es que estos niveles tendrán sus propias dimensiones y un complicado sistema de red que los comunique, como de red que conecte diversos subniveles de cada uno de ellos con subniveles de los otros.
El proceso que el mundo lleva indica que el Estado-nación deja de ser la referencia básica que ha sido desde su constitución. Está en un proceso interno de desconfiguración para pasar a ser no más que una forma política y administrativa con funciones de mediación entre los supraregional y lo local. Los autores comienzan a llamarlo Estado posnacional. Si bien este es el proceso del Estado, la nación, por su parte, emprende un proceso de reconstitución desde lo local. Ya comienza a hablarse con una inversión de términos en un intento por definir una provisionalidad de tránsito: Nación-estado. Es lo que algunos llaman “demopública” en sustitución de república. Implica el pluralismo participativo.
Ahora vemos las
crisis, los espantapájaros y las resistencias, los populismos que gritan “patria”,
la condena a las inevitables migraciones. El mundo se reestructura, en medio de
los cambios energéticos y de los seniles duelos económicos. Los ve la muerte que
cruza las selvas y se hunde en los mares.
@tlopezmelendez
Excelente como siempre. Ese Estado posnacional que lejos está
ResponderEliminarEse ese nuevo concepto está a mucha distancia de un país que aún vibra por el populismo.
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