Desambiguar nuestro destino


 

Teódulo López Meléndez

Por “espíritu del tiempo” entenderemos el clima cultural e intelectual de una época.

Este que nos toca a los venezolanos es uno de arbitrariedad contra el adversario al que se endilga como enemigo. El juego político permite la identificación del otro, mientras en la ausencia de política, sólo la aniquilación del adversario.

Gramsci pensaba que para hacer de las contradicciones sociales un verdadero antagonismo había que politizarlo, esto es, colocarlo en un régimen de discurso y en un dispositivo institucional específico.

Desde el poder no se está haciendo política, este tipo de poder no la concibe. Quienes teóricamente se le oponen no la logran entender como una especificidad de acción

La política no puede permanecer en el sector sombra del proceso histórico-social. Es esencial a su existencia la visibilidad y hacer del disenso una modalidad específica de “su” ser, lo que significa que plantar cara al poder sin política, sin la construcción ideática de una sustitución mediante una oferta concreta de ruptura entre el aparato del Estado que se alza omnímodo y alega ser la construcción de algo, por una parte, y del estado de lo social que debe estar en ebullición reclamando esa sustitución desde un aparataje conceptual, sólo conduce al fracaso.

El populismo –tengámoslo absolutamente claro- es un gran negador de la política, dado que el caudillo que lo encarna, o lo que es lo mismo, el héroe, es el único que se identifica con el pueblo, lo absorbe y se hace él. Y como el ejercicio político produce tensiones hacia los cambios, el caudillo se mantendrá eternamente en su discurso fijo, sea poder u oposición.

Una estrategia correcta de combate es dejar claro que las élites no monopolizan el poder, que no son dueños de los candidatos, que las instituciones no son de su propiedad privada. Cuando se hace lo contrario el poder populista se consolida y la política –obviamente- vuelve a brillar por su ausencia.

Se requiere la construcción imaginaria de un nosotros –y la perspectiva cierta de su realización-, pero no es este aún el espíritu de este tiempo. De allí viene la confusión, la ambigüedad, la reducción a términos inexactos. Hay que recurrir a un proceso de desambiguación de esta historia, desambiguar nuestro destino.

@tlopezmelendez

 


Comentarios

  1. Excelente. El poder actual niega el ejercicio de la política, prefieren y les conviene la ambigüedad para sumar engañados a su interés de permanecer en el poder.saludos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, querido amigo Teòdulo. El tema - en Venezuela - es que la tripla+1 pseudo-oposiciones es de matriz sta lineana y pareciera que en casi entero mundo no se logre la liberaciòn del monopensamiento gramsciano, como si jamàs hubiesen existido otras modalidades de pensamiento y sobre todo de gobernar desde el estado. AiresVen participa - sin coincidir al 100% - del pensamiento de Marco Pannella, ya fallecido. Bendiciones
    Blanca Briceno cofundadora de AiresVen (Apoyo Internacional a la Resistencia Venezolana.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario