Teódulo López Meléndez
La tarea de pensar nos reclama percibir la
singularidad de los sucesos escapando de toda finalidad monótona. Quizás
podríamos alegar que debemos captar el futuro como su retorno e ir entonces a
todas las escenas y a todos los roles posibles, definiendo incluso las
ausencias (puede leerse en la praxis política como el fracaso en haber
alcanzado los objetivos propuestos) porque determinar lo que no ha tenido lugar
es esencial para definir el futuro, uno visto correctamente como una
construcción para poder decidir en el presente.
Pensar la política implica mucho más, pues llega hasta
la configuración de un mundo. Hannah Arendt señaló que el pensamiento tiene un
efecto destructivo dado que socava lo establecido. Pensar la política busca la
posibilidad de un mundo común.
Cuando se deja de pensar la política y se instaura la
mediocridad de la búsqueda del poder y no más, se entra en la barrena de la
inestabilidad y la decrepitud. Cuando la política se burla de la consistencia
de la complejidad del pensamiento, y se reduce a las maniobras y a hacer de
ella misma un deterioro, las sociedades languidecen en las formalidades y se
encuentran incapaces de saltos cualitativos.
Cuando se piensa la política las estrecheces comienzan
a diluirse. Se inventan los caminos y se inventa en el futuro. Los presentes
sólo son diluibles cuando se tiene la mirada más allá, en la escritura de un
relato a transitar, uno que nos hace pensar el presente desde el futuro.
Hoy ya ni sabemos lo que es la política. En el siglo XXI la política no es lo que fue.
Hay que inventar el siglo que sólo será posible si inventamos la política de
este siglo, pues nada es construible en cuanto a organización humana que no
esté marcada por la nueva concepción de la política.
Cuando se piensa la política aparecen los acontecimientos
que nadie creía posibles y las soluciones van conformándose. Entonces habrá
aparecido el nuevo concepto de poder, el del común hecho líder, que pasará por
encima de quienes encarnan el Estado en lo momentáneo y de quienes lo encarnan
desde talismanes, llámese unidad o llámese como se llame, organizados en el
vacuo propósito único de sacar del poder, del viejo poder, a quienes hoy se
solazan en él. El futuro excede eso.
@tlopezmelendez
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