Teódulo López Meléndez
Todo comienza con un viaje. Un abogado marcha de negocios a Transilvania para quedarse en el castillo de un noble, pero el que termina mudándose es el propio noble.
Bram Stoker narra a través de
cartas, citas de diarios y artículos de prensa. Aún se discute el origen del
texto, pero todo apunta a la historia de un empalador al que llamaban Vlad III,
no precisamente porque aspirara a un tercer período. El nombre que le da Stoker
es pensando que traduce “diablo”, lo que parece ser cierto en el rumano
moderno, pero que en realidad significaba “el hijo de”.
Valaquia -que no
puede ser asimilado a Pequeña Venecia- es el lugar donde Vlad trata de
consolidar su poder. Pero es que estos textos llamados góticos siempre se
refieren a castillos donde el medioevo parece instalado. La intriga se
acentúa cuando pensamos en túneles, almenas oscuras y paneles
ocultos. Todas estas historias implican el dominio de oscuras criaturas,
la atribución de una fuerza sobrehumana y, sobre todo, la contemplación de
una gente dominada e inconsciente.
Rafael Lacava se asumió como
Drácula. No conozco otro antecedente. Si a la precisión lingüística vamos
comenzó por definirse como “el hijo de…” y también como el diablo.
Economista de la UCAB, especialista en
gerencia tributaria de la Escuela Nacional de Hacienda Pública, estudios en la
Universidad Rutgers de Nueva Jersey,
dirigente deportivo, parlamentario, embajador en Italia, gobernador de
Carabobo. Como miembro del llamado Grupo de Boston hablaba inglés. Ejerce la gobernación con el desparpajo
propio de un millennial. Esa generación también
llamada Y.
Drácula ha sido igualmente personaje
de un programa infantil gringo, Sésame Street, en el que no bebía
sangre, sino que ayudaba a los niños a aprender matemáticas, nada menos
que la base de las derivadas, de las estadísticas, de la física, de la química
y también de la política, léase encuestas y resultados. Cabe, sí, recordar la
enseñanza como una forma de aprender y de lograr.
Esto nos hace a los lectores volver a
Stoker, no por más. Bueno, sólo porque las encuestas muestran a “Drácula” como
el político con mayor aceptación y uno, ingenuo, se pregunta si va a enseñar
matemáticas y/o a empalar.
@tlopezmeléndez
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