Venezuela y Colombia, los amores pertubados

 

 



 

Teódulo López Meléndez

 

Las ilusiones ópticas de la política, como la alianza económica por afinidades ideológicas, llevó al gobierno anterior (el de Chávez es el gobierno anterior), al abandono de la Comunidad Andina y a una integración, a la larga frustrada, con el Mercosur. El atractivo de Lula, Kirchner y Mujica pudo más que un elemental sentido pragmático, el de que los bloques económicos no se pueden medir con varas circunstanciales.

 

El papel de Venezuela en la CAN debió ser el de una estrecha alianza con Colombia que conllevara a la integración económica total de los dos bloques. Admitamos que mirar hacia el Mercosur no era descabellado del todo, pero partiendo de la CAN.

 

Con Colombia prevalecieron las diferencias con un gobierno de derecha, pero repitamos que no se puede fiar a la volatilidad política los procesos integracionistas.

 

El presidente Petro esta manejando la restitución de las relaciones con Venezuela con calma y ponderación, con pasos absolutamente desidiologizados, como corresponde, lo que abre una oportunidad realmente clave, que para mi punto de vista deberá incluir al retorno de nuestro país a la Comunidad Andina de Naciones.

 

Las relaciones con Colombia deben ser privilegiadas. Es inútil abundar en las razones, pero debo añadir un elemento: Venezuela debe salir hacia el Pacífico en procura de una vocación asiática. Casi el mismo día que reclamaba esta acción como urgente el presidente Santos habló de la construcción de un gran ferrocarril que otorgaría a Venezuela esa condición con un puerto binacional como terminal.

 

Entre Colombia y Venezuela se ha conversado mucho y las ideas se quedan en el papel. Otro proyecto que tiene siglos en la especulación, ya pensado por los Padres Libertadores, es el de la integración fluvial del continente.

 

Paso a paso, como lo está haciendo Petro, pero también es necesaria la comprensión político-pragmática de este lado. En su momento, con las condiciones económicas favorables y con la inteligencia oportuna, el paso deberá ser el del establecimiento de una moneda única colombo-venezolana lo que convertiría la frontera común en una de las más prósperas del mundo, aparte de quedar dada la lección fundamental de como se hace integración sin torpezas mentales.

 

@tlopezmelendez

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