Teódulo López
Meléndez
“Un fantasma
recorre Venezuela- el fantasma del lugarcomunismo”. En
el texto en cursivas y sin guion intermedio, para respetar, en el título, el
alegato de algunos medios de que no pueden usar cursivas. También a ellos se
les reverencia la catalepsia.
En cualquier caso,
el lugarcomunismo -ahora sin guiones atravesados y sin cursivas-, es un manto
que procura “igualar”, uno que se extiende melodioso en las ondas
radioeléctricas y de redes, uno que pretende conceder sentido de nacionalidad.
Clichés se ha
dicho, para evadir todo esfuerzo de pensamiento. Así, se enumeran los problemas
que arrastramos, pero con una condición, la de evadir repuestas de fondo sobre cómo
resolverlos o, si los lugarcomunistas andan en onda expansiva, encontraremos
sesudas afirmaciones de que hay que salir del gobierno y convocar elecciones,
mientras la realidad muestra que tan epopéyica gesta sólo será librada en el
2024.
Los lugarcomunistas
no tienen tiempo para programar, para dar respuestas en lo social, en lo
económico y en lo político, son incapaces de ir más allá de la mera
manipulación que les permite convertir a los ciudadanos en productos
idiotizados. La oferta de las respuestas, salidas del análisis y del estudio,
una que conforme un planteamiento, no es admisible para cerebros con falta de
lecturas y de método. Deben repetir, una y otra vez, lugares comunes, construir
fantasías pegajosas que enganchen, crear ficciones que se adhieran a las mentes
cual prodigios capaces de resolver a un país.
Asistimos a un
re-encantamiento, al de la repetición vacua, al de la fraseología que detiene,
pero los contestarios parecemos no entender. El re-encantamiento nos dice de la
mengua, siendo él mismo otra mengua. El lugarcomunismo describe sistemas de
no-producción de ideas, el lugarcomunismo se recrea en palabras desprovistas de
sentido, el lugarcomunismo es una ficción maltrecha.
Una indignación
debería recorrer a este nuestro pequeño mundo desechando este ejercicio
“político” inútil. Una nueva historia nacional necesariamente pasa por desechar
pasado y hurgarle la miseria al lenguaje y al comportamiento lugarcomunista. Debemos
aprender a domeñar estas fuerzas líquidas que se evaporan y aprender a diseñar
un futuro sin lugarcomunistas.
@tlopezmelendez
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