Despavoridas clases medias

 



Teódulo López Meléndez

Definir “clase media” ha sido objeto de polémicas, además de que se le clasifica en “alta, media y baja”.

La curiosidad, si así puede llamarse, proviene de la ausencia de estudios –lo que supera a meras encuestas- sobre la abstención de esa parte de nuestra población, algo que debe hacer un equipo multidisciplinario.

Sabemos perfectamente que está disminuida y padeciendo, pero más allá de las compras que se observan del Black Friday y días subsiguientes –lo que en modo alguno puede atribuirse a eso que se ha dado en llamar “enchufados”-, conscientes estamos de una movilidad social descendiente.

Aristóteles dijo que la democracia requiere bajos niveles de pobreza, de dónde se han barruntado todas las teorías sobre la clase media como sostén del equilibrio democrático.

Hasta las mediciones sobre ingresos, acceso a bienes, algún viaje o placer, han sido analizadas como elementos definitorios. Recuerdo encuestas en AL que señalaban a las clases medias como no especialmente favorables a la democracia.

En fin, se han diseccionado todas las variantes sobre las clases medias, desde su capacidad de mitigar conflictos, su capacidad –gracias a los recursos económicos- de actuar con independencia frente al poder del Estado y, en el caso de que los pierda, el aumento del autoritarismo para desarrollarse.

Viendo el estado anómalo de nuestras clases medias se entiende la pérdida de su autoexpresión. No olvidamos para nada sus luchas, las multitudes que alguna vez vimos en las calles, la decepción por lo engaños y fracasos. Sólo que viéndola como actora en el abstencionismo nos vienen conclusiones sobre su reclusión.

Hurgando en los pensadores también se encuentra la tesis de que la posición de las clases medias frente a la democracia siempre ha sido ambigua dependiendo de la realidad económica y política de cada país. Así, los estudios sobre su rol estabilizador o sobre su apoyo a la insurgencia de dictaduras militares. Se le señalan sus indefiniciones y, con desmedro de su vocación democrática, su adaptación a las coyunturas. En fin, eso de las clases medias apoyando a la democracia no parece incondicional, sino contingente.

Miro zonas de abstención y la banalidad de las discusiones. Hablemos de sus productos actorales.

@tlopezmelendez

 

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