Teódulo López Meléndez
Las huellas fueron encontradas en
Creta hace días. Quizás indiquen una posesión griega sobre el hombre anterior
al aceptado, de cuando salió de África a marcar el fango con sus huellas.
Ahora el hombre se bate huyendo. (¿Huían
y de qué, los primeros homínidos?). Ahora se marcha en busca de oportunidades
que permitan el alimento, para escapar del terrorismo, de violaciones de
derechos humanos, de persecuciones políticas. Y del nuevo elemento desolador,
el cambio climático.
La abundancia de información a
veces nos oculta la multiplicidad de crisis de la democracia, del desarraigo que
se somete a poblaciones, de golpes de Estado, de incomprensión sobre cambios
producidos por déficits fiscales, por endeudamiento y hasta del uso de las
migraciones con fines estratégicos deleznables.
La ONU señala que ya 272 millones
de seres humanos viven en eso que llamaremos “un lugar distinto”. De ellos 38
millones de niños migrantes. Desplazados por la fuerza 79.5 millones. La misma
fuente indica que el 19% de la población venezolana se ha ido de esta tierra de
gracia.
Ahora es el clima el factor que
empuja. El planeta ya se ha calentado 1.2 grados, ahora hablan en la cumbre de Glasgow,
lejos andamos de evitar el límite peligroso de un calentamiento de 1.5 grados.
También tenemos esta semana la reunión del G20, responsables de alrededor del
80% de las emisiones mundiales.
Vemos incendios agravados por la
sequía, inundaciones y huracanes, vemos la presión de ingentes masas de
población que comienzan a moverse en busca de sobrevivir y que llevarán la
presión migratoria a niveles dramáticos.
Es menester una evaluación ética
frente a los refugiados. Se enfrentan los partidarios de la libertad de
movimiento y los que defienden el derecho de los Estados a limitar el acceso a
terceros.
Desde la historia hasta la
demografía se han ocupado de este drama del presente, pero la filosofía
escasamente, aunque brotan enfoques desde la dialéctica hasta la fenomenología.
El concepto mismo de ciudadanía está bajo cuestionamiento. Es menester ir a la
crisis de la territorialidad, al universalismo de los derechos humanos y al
particularismo de la pertenencia política.
Las huellas de Creta en los pies
heridos del presente nos dicen del hombre que huye.
@tlopezmelendez
Me gustaría saber su opinión sobre la superpoblación planetaria.
ResponderEliminarMe gustaría saber que opina sobra la superpoblación planetaria.
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