Letanía

 



Teódulo López Meléndez

 

“Mi interino será eterno”, resuena por los pasillos del Parlamento europeo y no, no es que estemos invocando a Apuleyo y a El asno de oro en términos de transformaciones.

No es que haya más apelaciones en Cabo Verde que ambiciones en materia de candidaturas en Venezuela.

Es que la lógica se disloca y caminamos hacia la fecha y todo exige se diga con frases breves, no más de dos líneas en resumen de las desventuras.

Es que los caballos texanos van a ser reemplazados por camellos.

Es que “la chica de Helmut Kohl” se marcha a hacer mercado.

Es que los volcanes deciden eructar.

Es que las universidades ahora se descubren perseguidas cuando negaron al país la lucidez sobre la sombras.

Si el 21N se hace fecha de desastre será responsabilidad de los ciudadanos que no terminaron de serlo.

Si la última bofetada no les causa efectos y la política no implosiona, pues tendremos ad infinitum a Agustín Lara cantando “cuando llegues a Madrid chulona mía”.

Hay que sintetizar la síntesis, así lo exige el límite de caracteres y la crisis de la gran empresa inmobiliaria china.

Es que los pollos cantarán para que los abnegados patriotas crean que todo ha terminado.

Es que en este mundo el poder mediático es ahora tener trols y bots.

Sí, las letanías son peticiones, más bien súplicas, pero quede claro que aquí usamos la expresión en sentido coloquial.

Este es un país de letanías, lo que nos autoriza a los fastidiosos observadores de nuestra cotidianeidad a escribir por una vez a la manera de la letanía que es el país.

O si se quiere ruego, sarta, súplica, retahíla, discurso, rollo, sucesión, invocación.

Si introducimos elementos de política internacional es sólo para subrayar que este mundo lo es también, como la pandemia, la asistencia humanitaria y los haitianos.

Y sobre nosotros se habla y todos nos dicen lo que debemos y no debemos hacer, en letanía.

Y Europa juega a la vacilación. Y Monómeros se declara en quiebra. Y unos quieren mantener el control sobre los bienes y otros quieren agentes foráneos.

Y CITGO pide oxígeno y nuestro oro en Londres y…el J.M de los Ríos es el dolor y las peticiones de auxilio en las redes nos conmueven.

También la letanía  es insistencia larga y reiterada. Hagamos letanía y esperemos el país no se autoflagele el 21N.

@tlopezmelendez

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