Teódulo López Meléndez
El país quiere, pero no cree
poder. El país desea, pero no se atreve. El país lo sabe, pero no ejecuta. El
país no se reconoce como un país, por ahora.
Los dirigentes son atrabiliarios,
pero el país los sigue. Los dirigentes no sirven, pero el país los obedece.
Cometen todos los errores, pero
el país no exige. Los ve ensimismarse en sus metidas de pata, pero el país los
repite. El país se da cuenta de las locuras, pero se hace el loco.
El país canta mantras, reconoce
ficciones, celebra jerarquías inexistentes, se ahoga con la “comunidad
internacional”, ve sin inmutarse como las órdenes vienen del exterior por vez
primera en nuestra historia política y canta manso “solos no podemos”.
Han reducido al país. El país
está constreñido. Hay que despertar al país. Posiblemente tenga fecha la última
bofetada. Si el 21N se produce la omisión le habrán establecido al país un
largo tiempo de espera.
Entonces, si el país desperdicia
esa fecha y no la hace culminante, se
abrirá en toda su magnitud la convicción de lo que aquí he dicho en los
primeros párrafos.
El país no está como está,
adormilado y sumiso, por una especie de mal congénito. Lo está porque así ha
sido reducido. Lo está por la pequeñez de aquellos para los que más importante
es pelear por controlar a los “compañeritos”, por los que le han borrado toda
concepción positiva del voto aún en condiciones difíciles, lo está por quienes
aman el status quo, por una total
falta de talento político en unos improvisados que de golpe se hicieron
propietarios de la oposición y de las siglas cambiantes.
El país debe insurgir. Tiene que
insurgir. El país va a insurgir. Quizás necesite de una última bofetada. Se la
están dando en cámara lenta. Hemos dicho de impedir esa última bofetada, de
insurgir antes, pero si no reacciona y la recibe, entonces si será la última
bofetada.
Hay que desafiar al país. Hay que
mostrarle humildad a la par de fortaleza. Hay que mostrarle que así no es la
política, meliflua e inconsistente. Hay
que contradecirlo cuando haga falta y acompañarlo interpretándolo y
entendiéndolo.
Hay que retomar la política y
dejar la aventura y la comodidad, las ridiculeces y la falta de lenguaje.
El país va a insurgir. El país sustituirá.
El país se hará país.
@tlopezmelendez
Estoy absolutamente de acuerdo con Ud.
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