Llamado a la rebelión

Teódulo López Meléndez El país venezolano tiene muchas carencias, innecesario aludirlas de nuevo, pero hay una que se esconde debajo de la alfombra, y es la de dirigentes. He dicho repetidas veces que tenemos la peor clase política de nuestra historia cuando nos sobra talento en diversas áreas, pero un talento que ha mirado a la política con desdén, además de prevenido por un país que no se ocupaba de los asuntos públicos ni manifestaba interés en el bien común. Vamos a ahorrarnos la definición aristotélica de “idiota” y digamos que las naciones están en la obligación de sacudirse a quien no sabe ejercer su dirección. El caso más patente e inmediato es el de las elecciones regionales del 21 de noviembre. Vacilan, oscilan, mientras se zancadillean, se muestran indecisos e incapaces de asumir con coraje sus errores. No se trata sólo de rescatar el valor del voto hundido en el descrédito por las acciones de los bandos ni de cómo se ejerce en las presentes circunst...