Teódulo López
Meléndez
En medio de la complejidad de
este mundo y observando los esguinces a los que nos someten a diario los
actores de la vida pública para eludirnos la verdad, la frase que nos asalta a
la hora de escribir el artículo semanal es “Las cosas más sencillas” y sin recurrir
a los buscadores de Internet el rostro que ocupa la pantalla es el de Aquiles
Nazoa.
El agua, el tiempo, el teatro, la
navidad, el ballet, la pintura, el papel o la vela, nuestro modo de hablar, la
referencia a algún personaje público. Mientras, uno se pregunta cómo hubiese
quedado el mundo con la pandemia sin Internet, cómo eso del trabajo a distancia
que impidió una paralización total, cómo la comunicación con los ausentes, cómo
el desempolvo de alguna idea archivada por improcedente permitió a la ciencia desarrollar
en tiempo récord una vacuna contra la amenaza.
Es casi un recordatorio de lo que
sucede a nuestro alrededor, desde la fractura de un Iceberg que indica que el
cambio climático nos amenaza, hasta el caso del escritor negro norteamericano John
Hollis, a quien por pura casualidad le descubrieron
un esperanzador superanticuerpo para a la vez rememorar como los negros fueron
sistemáticamente excluidos de toda investigación científica.
El uso populista que hoy, tiempo
después, provoca ataques contra los rasgos asiáticos, la información de prensa
que nos pone ante un caso de disolución familiar que cunde en este desolado
país, las constantes y desesperadas solicitudes de medicinas o de ayuda
económica o un médico asaltado en una autopista por una banda que amplía
territorio. En fin, el listado de lo difícil, de lo doloroso, nos trae a
Aquiles Nazoa.
Es que, inmediatamente, después
de “Las cosas más sencillas” nos asalta “Credo”: “Creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida
perdurable. Creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su
rueda maravillosa…
Pero tenemos temas aplazados: el
análisis sobre la posibilidad de una nueva Guerra Fría que habría de
desarrollarse en el ciberespacio, las manipulaciones tecnológicas, el desvarío
deslizante del hombre a adorar el populismo y, aquí mismo, el cómo se hace
marketing sobre las vacunas en lugar de admitir un acuerdo. Pero hoy se impuso
Aquiles “Credo”.
@tlopezmelendez
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