Teódulo López Meléndez
Hay cosas claras: ya la obtención
de un título universitario no garantiza el futuro. Sumemos la pandemia con las
alteraciones de suspensión de clases, de deserciones y, en países en crisis
como el nuestro, la fuga de profesores en busca de subsistencia.
Agreguemos la intención
manifiesta de acabar con las universidades autónomas, las equivocaciones de los
dirigentes que creyeron que se trataba de un mero problema de dinero y salieron
a pedirlo ignorando todo lo subyacente en el intento de estrangulamiento.
Sumemos, o mejor sería decir
restemos, que una economía colapsada no puede absorber a graduados y ni
siquiera permitirles un ejercicio privado con remuneraciones acordes a su grado
de conocimiento.
Adicionemos los requerimientos
del mercado laboral de estos tiempos ya distintos a los tradicionales por la
evolución tecnológica o el anquilosamiento de los pensa y la falta de
renovación académica.
Los estudios revelan lo que pide
el mercado laboral en este siglo, en su mayoría referido a lo digital. Es pues,
una adaptación a la sociedad futura ya insinuada, un requisito de sobrevivencia
obvia.
No es eliminando los estudios
humanísticos, como ya algunos insinúan, que la universidad logrará salvarse,
pues ello equivaldría a matarle el alma. Se trata de otro tipo de cambios,
estructurales y sistémicos.
La universidad autónoma
venezolana se fue deslizando hacia la pérdida de calidad, pero hacia una mayor
culpa: dejó de producir líderes, lo que notamos especialmente en la mediocridad
de nuestra clase política. Pidieron dinero, ignorando que nunca llegaría, y se
abstuvieron de ejercer el liderazgo del país, ofreciendo respuestas y
propuestas, suministrando el mensaje y las ideas.
La universidad autónoma tal como
la conocimos se quedó atrás, no es reproducible. Hay que reinventar centros de
saber, porque sin ellos un país no vive.
Digámoslo así: Es necesario
reinventar la universidad, no sólo para formar hacia un ambiente altamente
tecnificado, sino para hacer crecer la creatividad de cada individuo para él y
para el conglomerado social que espera respuestas del conocimiento. Hay que
combinar disciplinas y propósitos.
Si quieren usen la vieja
expresión: reforma. En cualquier caso, se trata de reinventar el saber.
@tlopezmelendez
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