Teódulo López Meléndez
Paralelamente a la conmoción
social que vivimos y a la transición hacia nuevas formas entran en el escenario
la cibernética, la inteligencia artificial y todos los avances tecnológicos que
se alzan como los nuevos facilitadores de metáforas. La cibernética pretende
ser un rompimiento de estrechez y agrupar no sólo científicos de diferentes
áreas sino empadronarse como movimiento de ideas. Si bien se plantea como el
estudio de las máquinas, su interrelación con los humanos es punto clave, a un
ritmo sin antecedentes, sobre todo porque al modelar un objeto lo que ha tenido
en cuenta ha sido la reproducción de su funcionamiento sobre otra estructura y
el objetivo de mostrar un comportamiento similar a la del original, como las
primeras similitudes con los animales, esto es, reproducir la vida.
La Inteligencia Artificial (IA)
se ha propuesto el desarrollo computacional capaz de mostrar una conducta
inteligente, en algunos casos emulando a los humanos, en otros sin perseguir
tal emulación. En cualquier caso una computadora diseña actitudes y afecta
disposiciones psicológicas. Si caemos en hipótesis lo menos que podemos
argumentar es que vamos hacia una interrelación
hombre-máquina que nos conduce hasta planteamientos como el hombre
protésico, el ciborg o androides o
humanoides o replicantes y, en el campo social, hacia una organización
cooperativa de hombres y máquinas. De allí los planteamientos que vemos del
transhumanismo y del poshumanismo.
Ciencia y sociedad marchan hoy entrelazadas,
aunque, al mismo tiempo, se ha producido la ruptura del equilibrio entre el
hombre y la sociedad. Este avance implacable de la era digital está
fundamentado en una interacción de la tecnología, el procesamiento de
información y el conocimiento aplicado a las máquinas.
Los procesos científicos que
vivimos han alterado la relación del hombre con la naturaleza y la interacción
entre los seres vivos, de manera que deben ser mirados en el contexto social. Si
bien la capacidad de modificar la naturaleza siempre ha estado presente en la
historia humana, nunca como ahora. Asistimos, por ejemplo, a la paradoja de un
sistema de comunicaciones que facilita notablemente el intercambio y la
organización, pero que al mismo tiempo aísla.
@tlopezmelendez
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