Teódulo López Meléndez
El historiador
norteamericano Timothy Snyder, en un análisis profundo del drama
norteamericano, lo ha dicho de manera puntual: la posverdad es el prefascismo.
La gente cree lo que ya cree o lo que otros a su alrededor creen.
La teoría de la
conspiración y del fraude se fue aposentando en la mentalidad de los
norteamericanos desde la primera victoria de Trump, pues a pesar de haber
ganado en aquella ocasión la mayoría de los compromisarios, dijo que había
millones de votos fraudulentos. El interés, el cálculo, la absoluta
degeneración de la política en aras del poder, llevaron a los republicanos a
blindar la mentira, con el consecuente ataque al Capitolio.
Como bien lo señala
Snyder esto se envuelve en la idea de tener el poder sin democracia, puesto que
al oponerse al reconocimiento de Biden quienes lo hicieron estaban convirtiendo
a una institución elegida, el Congreso, en una que se opone a las elecciones y,
por lo tanto, estaban convocando a su propio derrocamiento.
Trump ha sido el
presidente de la posverdad, esto es, el presidente del prefascismo. Leo que
Merkel muestra dudas al bloqueo de este sujeto, lo que es muy respetable, hay
abusos por todas partes, pero lo preocupante del precedente es que hubiese pasado
si no controlan al desaforado. Si en los años 30 y 40 hubiese existido Internet
cabría preguntarle a Merkel si se hubiese opuesto a una suspensión de las
cuentas de Hitler. La posverdad ahora está en el uso indebido de las redes
sociales, lo que hizo Trump. Ya pocos se preocupan en la distinción de la
falsedad y por estos predios del subdesarrollo mental en las redes cambian su
foto por la de Trump.
El ataque constante
a la prensa norteamericana merece ahora una observación directa: en ella
podemos encontrar un factor fundamental de que la democracia de los Estados
Unidos no haya sucumbido. No estamos ejerciendo defensas sin matices, al
respecto escribí mucho cuando los dueños de esos medios, aquí, trataban de
imponer sus peticiones incurriendo incluso en el chantaje.
Esta posverdad hizo
que de la sociedad norteamericana resurgieran todos los fantasmas de su
historia, desde el racismo y la supremacía blanca, hasta remembranzas de la
guerra de secesión y toda la violencia que esa sociedad alberga.
@tlopezmelendez
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