La trampa de Tucídides

 



Teódulo López Meléndez

Si alguien ha vuelto a la palestra es el militar e historiador ateniense Tucídides. No es que la haya dejado de estar, pues su monumental obra Historia de la guerra del Peloponeso es un clásico que le ha valido a su autor calificativos como “padre de la historiografía científica” y del “realismo político”. Me refiero a cuánto se le cita ahora, por su narración de la guerra del siglo V a.C entre Esparta y Atenas.

De allí, en los medio diplomáticos y académicos, se desprende la expresión “la trampa de Tucídides”, aunque parece que el ateniense no armó ninguna. En pocas palabras lo que allí está referida es la inevitable tensión, muchas veces letal, cuando emerge una potencia y reta a otra establecida, creándose así las condiciones para el estallido de una guerra, por el ascenso, en el caso que nos ocupa del Peloponeso, de Atenas y los consecuentes temores de Esparta.

La trampa de Tucídides se plantea hoy por las relaciones entre China y Estados Unidos, unas que han tomado un acelerado deterioro en la administración Trump, cuyo reacción frente a la expansión china, ha sido de represalias, con el firme propósito de revertir lo que comienza en el diseño original de Nixon y Kissinger que tiene expresión icónica en la foto del presidente norteamericano bajando solo la escalerilla del avión con la mano extendida.

China ha aprovechado todos los espacios que el gobierno Trump le ha dejado, como el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica abandonado en la política de aislamiento y de rechazo al multilateralismo. China mantiene una posición expansionista (mencionemos Hong Kong)  y Washington ha respondido con golpes arancelarios que han merecido el calificativo de guerra económica o con acciones, -es la última que recuerdo- como prohibir la visita de  diplomáticos chinos a universidades o de realizar actos culturales con más de 50 personas fuera de su legación.

Ya puede hablarse de “guerra fría” entre Estados Unidos y China, de manera que un punto clave para la salud de este planeta será la posición que adopte el gobierno de Biden, una que marcará la política internacional. Conocemos la posición del entrante sobre cooperación y multilateralismo, no tanto sobre lo específico chino. Entretanto Tucídides se asoma.

@tlopezmelendez.

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