Teódulo López Meléndez
La organización social es un
sistema compuesto de un complejo de relaciones entre los hombres y entre los
hombres y las cosas. Estamos en una de tensiones irresueltas y de disfunciones
organizacionales. Deberemos tratar el conocimiento porque él genera poder, sea
simbólico o utilitario. Es lo que denominamos cultura, una que crea
conocimiento, genera normas, construye una acción colectiva, en suma, edifica
una organización grupal dinámica.
Hoy una cultura de la virtualidad
real que ha integrado en un hipertexto electrónico. Espacio y tiempo se han
modificado dado que el espacio de los flujos sustituye a los lugares y el
tiempo atemporal se aposenta en sustitución de los viejos marcadores. Las maneras
políticas, las representaciones sociales y los sistemas simbólicos, dan
muestras de inoperancia.
El escenario es distinto, quedan
modificadas las pautas y es menester tratar de mirar a la realidad que nos
domina. Se proclama y se dice lo que no se quiere antes de lo que se quiere,
indicando así la inestabilidad de los movimientos sociales. Se masifica la
ansiedad, aupada por los medios informacionales que la tecnología ha puesto a
disposición.
Atrás quedaron las formas de los
viejos conflictos. Lo que vemos marca un proceso de transición muy diferente de
los que podríamos llamar clásicos. Aquí hay que ponerle creatividad y
construcción de fundamentos y la superación de una obvia indefinición. Se
requieren valores emergentes. En este caso no nacen sólo de lo que podría
denominarse “la rabia del desposeído”, pues deben producir además conocimiento
social que trate de extender la autonomía humana contra tomadores de decisiones
enclaustrados en parámetros tradicionales. Son actores sociales confusos, en los
cuales aparentemente hay sólo un deseo de liberación de regímenes autoritarios
y no de incorporación a un nuevo tiempo patéticamente difuso.
Un elemento primordial es la
calidad de vida y otro, indispensable, la inteligencia política. El método debe
ser el de la abierta deliberación y el de toma de decisiones en lugar de
argucias, el uso de las aperturas. Hay que insistir en las ideas renovadoras para
que emerja la organización social sustitutiva. La falta de ellas, de conducción
inteligente, ya nos ha llevado al patetismo.
@tlopezmelendez
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