Teódulo López Meléndez
La política debe ser ensayo
colectivo y dialogal para enfrentar los peligros de derrumbamiento de un mundo o,
en nuestro caso, para abrir la constitución de uno sustitutivo. Para que no
surjan nuevos dogmas es menester pensar siempre. Algunos, como Raúl Fornet (Filosofar para nuestro tiempo en clave
intercultural) llaman a esto “desobediencia cultural”, por analogía con “desobediencia
civil”, esto es, arribar a una filosofía intercultural que impida una
estabilización que tranque de nuevo unos mecanismos que deben estar en
permanente movimiento para impedir o la aparición de renovados totalitarismos o
en un mero aparato formal como le sucedió a la democracia representativa.
Los grandes referentes caen cada
día y ante los vacíos no nos queda más, a cada uno de nosotros, que ir a
nuestro propio mundo interior aunque se produzca lo que Fernando Sabater, en
alguna entrevista de prensa, llamó
despectivamente “el cacareo on-line de la
guardería virtual”.
Una antropología filosófica no se
refiere a una esencia inmutable, sino a un agente de la transformación política
y social. Quiere decir, debe producirse un giro epistemológico en las investigaciones.
Como nunca hay que esclarecer las relaciones entre el sujeto humano y el mundo
objetivo. La ética es asunto clave en la política del siglo XXI. Hay que
aprehender nuevas formas de decodificar la realidad. Edgar Morin (Los siete saberes necesarios para la
educación del futuro), lo plantea como la necesidad de una reforma de
pensamiento, paradigmática y no programática. Es necesario pensar para una
realización de humanidad.
Lo que hay que hacer es poner
ideas y valores que muevan a la acción política. No se pueden ofrecer
certidumbres, pero sí una acción inteligente. Muchos sostienen que la
antropología política es el fundamento de la Filosofía Política moderna, pues a
toda propuesta en el campo político la preside una imagen del hombre, de sus
necesidades e intereses y de sus representaciones valorativas. Una antropología
no destinada al estudio de formas remotas sino al presente de transformación. Y
una axiología política para escudriñar en los valores políticos. El destierro
del pensamiento nos ha reducido a guardería virtual de un interminable cacareo on line.
@tlopezmelendez
Artículo en el diario El Universal
(Miércoles 15 de julio 2020).
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