Teódulo López Meléndez
Estamos ante un estructura
laberíntica en el mundo de las comunicaciones, una que aparenta ser de
fluidez y que parece reducirlo todo a la
historia de la tecnología y, en consecuencia, la comunicación a la ideología
maquinal, a lo que se ha denominado la era tecnotrónica.
La ciudad cableada es la utopía
que tenemos delante, una que conlleva a nuevas relaciones, una a la que algunos
atribuyen poderes demiurgos de emancipación y otros un poder apocalíptico de alienación.
En cualquier caso es obvia la relación de interdependencia entre la técnica y
lo social lo que conlleva a la necesidad de una praxis crítica de la
educomunicación.
Marchamos hacia un mundo de
formas culturales híbridas, uno donde el egocentrismo cultural ha caído y donde
no existe un modo dominante de interpretación. Es ahora muy difícil discernir
un sentido en el tiempo. Los actuales
modos tecnológicos de comunicación han transformado la temporalidad de la
cultura y eliminado el futuro como una promesa, entre otras razones porque lo
mediático rehúye la complejidad.
Los contenidos del mundo están
intervenidos por la tecnología, todos sin excepción, con la consecuente
incertidumbre, una a la que sólo se puede responder pensando y conociendo. En
buena parte, la velocidad y multiplicación de la comunicación también ha
generado ceguera.
La complejidad seguirá creciendo
mientras las formas se aferran a
paradigmas agotados, lo que implica que la difícil respuesta es la de cambiar
el pensamiento y la forma del pensar. No pareciera que a ello contribuya el
sistema de información tecnológica si lo consideramos como información con
pocas ideas, bajo la premisa de un uso utilitario. Nos permite, sí, una
intereacción con los otros, una posibilidad de convocatoria, o de eliminar la
soledad de lo real con la inmersión en lo virtual donde una de las atracciones
es que el otro está lejos.
Aumentarán las relaciones entre
el hombre y las máquinas lo que llamamos las nuevas relaciones sociales
virtuales, ciberespacio como una disposición técnica de la inmersión.
Este universo existe porque lo observamos El hombre decidirá
si marcha hacia una estética de la desaparición e implanta una sociabilidad
telemática. El hombre deberá procurarse un nuevo continuum.
@tlopezmelendez
Artículo en el diario El Universal (Miércoles 1de julio 2020)
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