Teódulo López Meléndez
Ya la sociedad no genera sus
dirigentes por la sencilla razón de que ha dejado de orientarse a sí misma.
Sólo es capaz de percibirse en los símbolos tecnológicos-mediáticos. Las
sociedades actuales, nos lo recuerda Peter Sloterdijk en “El desprecio de las masas”, son inertes, en su individualismo feroz
se hacen suma desde su condición de microanarquismos. La expresividad se le
murió a la masa postmoderna y, en consecuencia, no puede generar dirigentes.
Hay una plaga inconmensurable asegurando que lo que sucede es que no es la hora
de los líderes sino de la masa. El concepto de “opinión pública” está
cuestionado desde los inicios mismos del siglo XX, pero, hoy en día, bajo los
efectos narcóticos, se puede muy bien asegurar que estas sociedades atrasadas
sólo son capaces de generar gobiernos facistoides que le den afecto. Vivimos,
lo dice Sloterdik, “un individualismo de
masas”.
Lo grave, más allá de las
consolaciones, es que realmente marchamos hacia una democracia sin política. Si
no hay política no hay funcionamiento social. He dicho en otras ocasiones que
la necesidad es de más política, porque lo que produce cansancio es su
ausencia, como en el caso venezolano presente, y no una presencia excesiva. Lo
excesivo es el vacío.
Los acontecimientos pasan ahora a
gran velocidad. Es lo que hemos denominado la instantaneidad suplantando a la
noticia muerta. Es la velocidad la noticia. Paul Virilio, gran acuñador de
términos, nos ha regalado éste otro, “dromología” o “economía política de la velocidad”, ciencia que se ocuparía de las
consecuencias de la velocidad, porque es en función de ella que hoy se
organizan las sociedades. El ejercicio de la política es ahora, y también,
instantáneo. La democracia sin política pasa a ser un cascarón vacío. Por si
faltara poco, los teóricos de la supuesta y final victoria de una democracia
que bautizan liberal, consideran inseparables los conceptos de libertad y
neoliberalismo. No hay “dirigentes” que lo contrasten.
Una democracia sin política
obliga a preguntarse si habrá repolitización. Jacques Derrida, en “Espectros de Marx”, da una respuesta
demoledora: “La población caerá en un
idealismo fatalista o de escatología abstracta y dogmática ante los males del
actual régimen”.
@tlopezmelendez
Artículo en el diario El Universal (Miércoles 10 de junio 2020)
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