La casa inhóspita





Teódulo López Meléndez

Comenzamos a ver el mundo como una casa global, como un “seno”, pero, al mismo tiempo, este “seno” que reproduce al materno se nos convierte en un lugar inhóspito. La globalización es un extraordinario salto a la visión de humanidad como patria, pero, como humanos, no faltamos a las crisis. Innumerables, desde la ecológica, pasando por las injusticias de la distribución de la riqueza, hasta ésta, una brutal, sin duda.

Casi vemos la casa común en el momento en que comienza a destruirse, otra paradoja de lo humano. Ciertamente no estamos para manifestaciones religiosas apocalípticas. Estamos, sí, para dar resolución, para usar un término de imagen, a la casa. Muchos han definido al hombre como un animal que se muda. Pues nos estamos mudando y la mudanza es inevitable. La nueva casa hacia donde deberemos marchar es la global, una de todos. Deberemos encontrar y desarrollar una inteligencia multirracional.

Esta casa es finita, no hay duda, pero de ello debemos sacar conclusiones. Esta casa no podrá funcionar basada exclusivamente en la economía, como no podría basada solamente en una especulación metafísica. Estamos metidos en una carga de comunicación absoluta. Ya lo dije, cuando no veíamos muy lejos el mundo era fácil de comprender. Sobre este mundo hay que lanzar un cable universal e ininterrumpido de mediación que impida verlo todo o con los ojos de la desesperación o como mercancía. No trato de trazar una perspectiva piadosa. Estoy plenamente consciente de lo que ahora también podríamos llamar realpolitik. No obstante, déjenme decir, que no considero piadoso el reclamo de una escala humana, puesto que la aceleración que algunos atribuyen al efecto massmediático y que otros consideramos aprisionamiento contra la poltrona, el hombre puede manejarlo. Los filósofos del posmodernismo se han encarnizado contra el humanismo en medio de una confusión que no me atañe. Lo que sé es que tenemos casa para el mundo, pero no tenemos mundo, a no ser uno cansado bajo una apariencia de dicha.

Ahora no es un discurso político el que rompe las costras mentales, es una pandemia  A falta de productores de pensamiento tenemos científicos contradiciéndose a diario. El realismo brota ahora de un virus, no de la inteligencia humana.

@tlopezmelendez

Artículo en el diario El Universal (Miércoles 6 de mayo 2020)

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