Teódulo López Meléndez
Cada uno tiene una percepción
individual de la realidad que lo dirige en el momento de interpretar lo
cotidiano que lo envuelve. Ese conjunto de valores y percepciones nos conducen
a nuestras afirmaciones sobre el entorno, sobre lo que vemos y percibimos. Esta
especie de mapa mental nos guía en la conformación de nuestra visión de lo que
sucede, ha sucedido y sucederá. Cuando muchos tienen uno igual hablamos de
paradigma general o de paradigma social, uno que marca y determina el
comportamiento del colectivo frente a la redondez del mundo y sus contextos.
Mientras lo hacemos se acumulan
las paradojas, esto es, percibimos que nuestra manera de ver el mundo nos
devuelve resultados contradictorios que parecen negar lo que pensamos. Esta
contradicción nos sume en un estado de intranquilidad que llamaremos
acumulación de dilemas, porque podemos llegar a la conclusión de que mientras
más trabajamos para cambiar lo que nos molesta menos resultados obtenemos.
Ahora bien, cuando hay naciones
en graves procesos políticos que implican un creciente mecanismo totalitario de
control, la gente desahoga su malestar sin darse cuenta que está enfrentando el
peligro desde paradigmas inservibles. El dilema en que se sume no le suministra
suficientes elementos para el darse cuenta, para entender que debe cambiar de
mirada sobre la realidad si quiere superar la impotencia que le permite
concretar el cambio.
Un paradigma nuevo se instaura
cuando los vigentes no pueden resolver los enigmas. Para salir del círculo
vicioso hay que aprender a pensar de otra manera. Cuando una sociedad deja de
hacerlo se estrellará inevitablemente contra un muro inmodificable. Si pensamos
creamos una red de interacciones, miramos nuestras particulares circunstancias
desde todos los ángulos. Ello podría llevarnos a dejar de lado un reduccionismo
que sólo percibe la fachada de un proceso histórico-social, lo que nos conduce
a la desesperación –visto fracaso tras fracaso- que podemos traducir como el
convencimiento de la irreversibilidad de aquello que enfrentamos. Hay que
abandonar las tomas fotográficas instantáneas y su sustitución por una idea de
permanente flujo. Aprender que la realidad real la hemos contribuido a forjar
con nuestra propia mirada.
@tlopezmelendez
Artículo en el diario el Universal (Miércoles 22 de abril 2020)
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