Teódulo López Meléndez
La primera expresión se encuentra
en el Manifiesto Futurista donde
Marinetti aseguraba el comienzo del hombre de raíces amputadas. Lo hacía por la
identificación con el motor. Pensemos en el hombre del solipsismo digital como
uno de sentidos apuntados.
Francis Crick, uno de los
descubridores del ADN, aseguraba que el Yo era una combinación de azúcar y
carbono. Hasta la inmovilidad a la que el hombre está siendo sometido es ahora
intervenida. Al haberse reducido a sí mismo es en “sí mismo” donde se amputan
los sentidos. Podemos arribar al injerto de una conciencia preprogramada, al igual
que ya se habla de colocar en un anciano o en una víctima de alzheimer una
memoria nueva. Los avances científicos podrán ayudar a mucha gente, pero hay
una orgásmica carrera que podríamos denominar como la libido sciendi, como una cópula libidinosa de la ciencia.
El hombre se ha hecho objeto de
intervención, se pueden manipular sus componentes íntimos y sustituir los
sentidos amputados con otros. El cuerpo, último campo, va a ser sobrexcitado
para adaptarlo, aún inmóvil frente a la pantalla, a la velocidad de la luz de
la información. Equivale a la desaparición del humano para ser sustituido con
un ser preprogramado, permanentemente sobrexcitado y plenamente compenetrado
con las ondas electromagnéticas. El planteamiento ahora es que el cuerpo no
hará falta. Al fin y al cabo la nanotecnología permitirá la sustitución de
órganos y el hombre de la conciencia amputada será acelerado al igual que un
motor, La identificación de Marinetti entre hombre y máquina se habrá hecho
realidad.
Que el mundo se convierta en una
página web y los hombres en elementos de una red mediática podría presentarse
como la escogencia sin límites. Sin embargo, el proceso nos llevará a no sentir
y los sentidos serán amputados por exceso. En lo que hasta ahora sigue siendo
el exterior podemos encontrar cansancio, por exceso de historia y por
conocimiento demasiado cercano de la repetición. La simulación con que se
alimentará a los sentidos habrá conducido a una especie de industrialización
del olvido. Bajo estas condiciones el hombre será uno que no querrá se le
moleste. El paso de la naturaleza a la cultura será ahora un paso de la cultura
a la ausencia.
@tlopezmelendez
Artículo en el diario El Universal (Miércoles 8 de abril 2020)
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