Formas tribales




Teódulo López Meléndez  

Muchos piensan que en lo político estamos ante una manifestación de anarquía social. En efecto, brotan invectivas contra la jerarquía y un insistente llamado a la acción de las “bases”, sin que eso implique voluntad alguna de reestructurar lo político. Esto parece indicar un vuelco hacia sí mismas, por parte de estas organizaciones sociales que intentan asumirse como sustitutos de los viejos partidos. Algún comentarista ha agregado una relación entre lo religioso y lo político, una que vemos en América Latina. La religión tranquiliza mediante la oferta de una vida después de la muerte; se trata de una oferta concreta. Los políticos en campaña electoral cambian la confianza de los electores por una simple promesa.

Frente a la crisis de la democracia han surgido infinidad de movimientos sociales de base. Se trata, aquí y allá, de un ensayo general de alternativas a la relación jerárquica. La solución parecen decir, no dependerá más de la promesa de los políticos, sino que debe ser aquí y ahora. Sólo que, en la práctica tribal, reaparece, en lugar de desaparecer, el Estado Providencia.

El asunto de fondo es si esta nueva forma de organización anti-partido podrá regenerar los tejidos democráticos. Debemos constatar que estos movimientos son minoritarios por esencia y tan poco atractivos como los partidos tradicionales. Los teóricos comienzan a llamar “tribus” a estas formas que la crisis de los partidos ha ocasionado.  Así los llaman, porque pareciera que los individuos que se asocian quieren, en el fondo, redimirse de la individualidad. Se trata de una especie de sociabilidad primaria.

Las “ventajas” están en la pérdida de dependencia de la “promesa” y, teóricamente, del estado dadivoso. Han caído los metarrelatos políticos de legitimación y los metarrelatos teóricos, es cierto, pero se requiere más que una crisis de individualismo solapado.

Quizás sea en la Unión Europea donde lo podamos percibir con mayor precisión, pero el fenómeno tribal está por todas partes, incluidos Estados Unidos y América Latina. Si uno contabiliza aquí encontrará más de 40 tribus sin ningún contacto entre sí. Estamos ante un caso de reingeniería social de alta complejidad que pasa por redefinir lo político, lo que lo tribal no hace.

@tlopezmelendez

Artículo en el diario El Universal (Miércoles 11 de marzo 2020)

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