Teódulo López
Meléndez
Desde ya hay que advertirle al país al sobre las graves
dificultades de la transición. Si bien el cuadro económico nos llamará a alarma
y a previsiones drásticas, el nuevo gobierno democrático deberá dar señales
inmediatas de su camino en la globalidad de lo que será su propósito y esencia.
Es por ello que digo debe declarar de inmediato la emergencia educativa.
Considero que el decreto de emergencia deberá incluir la
revisión total del sistema, un aumento general de salarios a los educadores y
un compromiso claro de cursos inmediatos e intensivos de actualización y
modernización.
Es, por supuesto, complicada la revisión total de los pensa, pero menos lo es adaptar el
cuerpo educativo a las realidades y paradigmas del siglo XXI. Las
disponibilidades financieras podrán imponer etapas en el reconocimiento
salarial a nuestros educadores, pero se debe cumplir bajo el principio de que
todos nos adaptaremos a una enseñanza que exceda a la memorización para
convertirse en un proceso de formación de hombres y mujeres hacia una sociedad
del conocimiento y hacia una educación para la vida.
La educación está íntimamente ligada a la cuestión social.
Hay elementos de especial atención como la deserción escolar o simplemente el
no registro de un niño en una escuela, problemas ligados a violencia doméstica
o a la pobreza extrema. No puede haber un plan educativo sin equipos asistentes
en lo psicológico, en la atención a la familia de donde proviene el alumno y en
el suministro de una alimentación balanceada.
Mención especial merece la educación universitaria. Entre
los puntos esenciales de la deuda social está el atraso ya eterno en el
cumplimiento de las obligaciones para
con las universidades. Puede establecerse un lapso como propósito para
cancelarla, pero las universidades deben saber que, sin imposiciones de ningún
tipo y en la absoluta libertad de la academia, deben avanzar hacia un proceso
de reformas.
La educación debe ser
prioridad. Deberemos redimensionar como emergencia. Tenemos personal para
intentarlo y la voluntad debe conducir. Los esfuerzos deberán pasar por la
actualización de los nuestros y por el estudio de los sistemas que han tenido
éxito en el mundo hacia la formación de
ciudadanos.
Artículo en el diario
El Universal (Miércoles 3 de julio 2019)
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