Teódulo López
Meléndez
Si no hay Estado de Derecho no existe democracia, dado que ese Estado de Derecho
excede a un simple conjunto de normas constitucionales y legales, pues
involucra a todos los ciudadanos, no sólo a parlamentarios que legislan
o a políticos que gobiernan. La existencia del Estado de Derecho se mide en el
funcionamiento de las instituciones y en la praxis política cotidiana. El
Estado de Derecho suministra la libertad para el libre juego de pensamiento y
acciones y debe permitir las modificaciones y cambio que el proceso social
requiera. El Estado de Derecho excede el campo de lo jurídico para tocar el
terreno de la moral, pues existen derechos naturales inalienables. Así
comprendido podemos hablar de un Estado Social de Derecho, pues comprende los
derechos sociales de los cuales la población ciudadana es titular.
Si bien la democracia es una forma jurídica específica no
puede limitarse a garantizar la alternabilidad en el poder de las diversas
expresiones políticas, sino que debe avanzar en la institucionalización de
principios y valores de justicia social distributiva. El derecho, para decirlo
claramente, es un fenómeno politizado pues dependerá del consenso alcanzado en
democracia. En otras palabras los derechos sociales deben ser incorporados a
los fundamentos del orden estatal mismo. Es esto lo que se llama Estado Social
de Derecho.
La democracia está hecha de los materiales sociales que
componen la sociedad dicha democrática. Las normas jurídicas no son legítimas
sólo por su origen, fundamentalmente lo deben ser por sus efectos. El Estado de
Derecho implica principios morales, jurídicos y políticos que deben tener eco
en las decisiones judiciales que fomenten el respeto a las reglas fundamentales
del juego político. Cuando no se puede intervenir para modificar los esquemas
de iniquidad no estamos ante un real Estado de Derecho. Es indispensable
entonces cerrar la brecha entre el orden jurídico formal y las formas y
prácticas de la realidad. Esto, que podríamos llamar reinstalación del Estado
de Derecho, pasa por la modificación de la cultura política que necesariamente
debe traducirse en mejores leyes e instituciones. Hay que hacer subir desde el
cuerpo social las nuevas formas.
Artículo en el diario
El Universal (Miércoles 17 de julio 2019)
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