Lucha contra la pobreza




Teódulo López Meléndez

Mucho se ha discutido sobre el concepto de pobreza, uno especialmente centrado en lo económico, pero con implicaciones políticas y sociológicas. Ser pobre es tener la imposibilidad de acceso a la satisfacción de las necesidades físicas y psíquicas básicas.

La lucha contra la pobreza requiere un enfoque integral pues no podemos limitarla a la falta de ingresos sino ubicarla en la falta de oportunidades, de seguridad y participación en las decisiones. Deberemos acelerar ese combate desde dos ángulos prioritarios: centrarlo en la mujer y en los programas microfinancieros y de desarrollo local, lo que debemos enmarcar en una Ley General de Desarrollo Social.

Soy enemigo de crear ministerios y creo que habrá que eliminar unos cuantos, pero en el caso específico estoy inclinado a la creación del Ministerio de Lucha contra la Pobreza. Debemos adelantar una focalización. Esto es, censo por barrio o localidad de las habilidades que puedan ser objeto de organización productiva y la recurrencia inmediata al microcrédito.

Propongo trazar un Programa Nacional de Solidaridad para involucrar no sólo a la empresa privada sino a la población toda, para aprovechar oportunidades de empleo y capacitación voluntaria e implementar un método de trabajo comunitario entendible. No se trata de asistencia, se trata de ayuda estructural y además condicionada: para hacerse beneficiario se pone como condición la superación personal.

La prioridad en esta lucha deben ser las mujeres. Cuando hablo de mujeres es obvio que estoy pensando en los niños. Debemos ir hacia el análisis socioeconómico de región por región, de zona por zona, de barrio por barrio: la identificación de los patrones culturales y el consecuencial estilo de vida imperante en cada sitio, la determinación de programas con pobreza absoluta o pobreza relativa, la especificación sobre pobreza educativa y la pobreza de servicios y la pobreza de seguridad social. Vacunación, contaminación, limpieza urbana, nutrición, evaluación de antecedentes de enfermedades, evaluación de criminalidad.

Hay que incentivar a la comunidad como punto de partida, como generadora de acción. La autogestión comunitaria implica organización hacia su propio desarrollo. Debemos lograrlo.


Artículo en el diario El Universal (Miércoles 19 de junio 2019)

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