Teódulo López
Meléndez
La psicología social, dentro de sus variantes y evolución,
se ocupa del lugar del hombre en la cultura y la sociedad. Desde Emilio Durkheim
se trabaja con los fenómenos de sugestión y conformación de identidades en la
interacción social y Gustave Le Bon insistió en una psicología de las
multitudes.
Cierto es que los comportamientos sociales no se pueden
predecir, no hay determinismos sociológicos ni psicológicos. Entender la
conducta social sólo es posible en el contexto de una estructura concreta.
La aceptación del colectivo de una estructura en particular
proviene de la admisión de un orden social incuestionable afianzado por una
disciplina desde el poder. De allí la pérdida del deseo de cambio y del acomodo
del individuo como sujeto que debe modificarse para adecuarse a ella. Se le
conoce como “condicionamiento respondiente” que sólo es vencido por un estímulo
que llamaremos concientización y que pasa por pensar y, en consecuencia, por
una análisis de las contradicciones.
De esta manera podríamos concluir que un nuevo pensamiento
social está, más que dentro de las personas, entre las personas y que allí se
dé inicio a un proceso que comienza a romper con la conducta de la autoridad
dominante. Es todo un proceso de aprendizaje que proviene de las dificultades
para hacer frente a una realidad. Ese cambio actitudinal deviene de las
necesidades que provoca una agresión.
Las actitudes determinan el comportamiento y hacen entender
la nueva conducta que se dirigirá hacia
las acciones. Llegar a esas actitudes nuevas requiere de aprendizaje que cambia
las representaciones por las condiciones socio-económicas. Ellas son siempre
dinámicas.
Cuando se desafía con democracia y movilidad se produce una
determinación, al tiempo que se acentúa la respuesta del totalitarismo. La
decisión la he llamado surgimiento de una “identidad libertaria”, una que creo
constituida entre nosotros. Ha provenido de una interacción social y del brote de
una psicología colectiva. La observación sobre un retardo en su aparición es
banal y no debe confundirse con acciones anteriores. No habíamos tenido un
antecedente de “unidad superior”. Ahora aquí libertario excede a la polisemia y
se hace un contexto propio de identidad nacional.
Artículo en el diario El Universal (Miércoles 24 de abril 2019)
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