Teódulo López
Meléndez
Debemos marchar hacia la construcción de la nueva realidad.
La nueva realidad se gesta como consecuencia de la acción de una serie de
elementos preexistentes, de la concurrencia de circunstancias fortuitas y de la
generación de elementos nuevos inexistentes previamente. A esto me refiero
cuando llamo la atención del pensamiento. Mientras más elementos novedosos se
inserten en la realidad que enfrenta bifurcaciones más posibilidades habrá de
una nueva.
No basta, claro está, que los nuevos significados lleguen al
destinatario, es menester perseverar y verificar su grado de modelación.
Algunos ensayistas han llamado a esta sociedad democrática que he descrito como
instituyente, y en permanente movimiento, una “sociedad de transformación”.
Está basada, obviamente, sobre la auto-organización, una donde la interacción
cumple su papel de mejorar mediante una toma de conciencia. Esto es, mediante
la absorción del valor de las relaciones simbióticas, lo que implica un cambio
de valores.
El vencimiento de los paradigmas existentes, o la derrota de
la inercia, debe buscarse por la vía de los planteamientos innovadores e
inusuales que, con toda lógica en los procesos humanos, serán descartados ab inicio por el entorno institucionalizado.
El derribo de los dogmas no es un proceso fácil ni veloz, pero el aporte de las
nuevas tecnologías del intercambio comunicacional podríamos convertirlo en un
desencadenador clave, uno que implica también el combate permanente a sus
distorsiones.
Nuevos paradigmas requieren, generan o adoptan nuevos
actores. Cuando los nuevos prendan en la conciencia entraremos en un “encargo a
la multitud”. Los nuevos paradigmas comienzan a bullir en la lingüística, en la
geografía y en la comunicación, sólo por nombrar algunas áreas. Deben aparecer
también en el campo de la política y recuperar la subjetividad de lo humano.
La gente está demasiado sola. Requiere la proximidad de la
comprensión para hacerse activa y transformadora. En la praxis política, una que
deberá ser asumida como parte integrante de la cotidianeidad, encontramos que
el líder es aquel que más se parece a un nosotros. Aquí encontramos la salida
al totalitarismo emergente, más que nunca vestido de populismo y de anti.
(Artículo en el diario El Universal (Miércoles 20 de marzo 2019) www.eluniversal.com/el-universal/35757/encargo-a-la-multitud
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