Teódulo López Meléndez
1. Ministerio de Lucha Contra la Pobreza 2. Enfoque integral 3. Batalla
contra la segregación social y exclusión 4. Prioridad a la mujer 5.
Focalización 6. Microempresa y microcrédito 7.Ley de Desarrollo Social 8. Programa
nacional de solidaridad 9. Autogestión comunitaria
Los esfuerzos de la Campaña del
Milenio de las Naciones Unidas establecían para 2015 objetivos ambiciosos como
la reducción drástica de las personas que sufren hambre, la de las personas
cuyos ingresos son inferiores a un dólar diario y el empleo productivo y
trabajo digno para todos, incluyendo mujeres y jóvenes. He allí los propósitos
de la Cumbre del Milenio, objetivos en los que se ha avanzado, no sin variantes
en diversas partes del planeta.
Mucho se ha discutido sobre el
concepto mismo de pobreza, uno especialmente centrado en lo económico, pero con
implicaciones políticas y sociológicas. Ser pobre es tener la imposibilidad de
acceso a la satisfacción de las necesidades físicas y psíquicas básicas. Ello
incluye alimentación, vivienda, educación, salud y agua potable, uno de los
problemas de este milenio. Se agregan especificaciones como segregación social
y exclusión. Los objetivos del Desarrollo del Milenio han trazado planes y
coordinaciones, manejo de los recursos, programas realistas, maximización de la
eficacia del gasto público. Es evidente que la lucha contra la pobreza requiere
un enfoque integral pues no podemos limitarla a la falta de ingresos sino
ubicarla en la falta de oportunidades, de seguridad y participación en las
decisiones. Tiene, además, implicaciones de comercio internacional y de alivio
de la deuda. En lo específico venezolano creemos que debemos acelerar ese
combate desde dos ángulos prioritarios: centrarlo en la mujer y en los
programas microfinancieros y de desarrollo local, lo que debemos enmarcar en
una Ley General de Desarrollo Social. Debemos crear un Comité Técnico de
Medición de la Pobreza para ir controlando los avances o un cuerpo político que maneje los programas
con la más absoluta prioridad del Estado. Bien puede oírse a los organismos
internacionales o aprovechar recursos por ellos puestos al servicio del Plan
del Milenio, pero Venezuela debe especificar programas, unos que deben estar de
cualquier intento de manipulación política.
Soy enemigo de crear ministerios
y creo que habrá que eliminar unos cuantos, pero en el caso específico estoy
inclinado a la creación del Ministerio de Lucha contra la Pobreza, no sólo para
poner el énfasis en un programa prioritario del Estado sino para que tenga la
fuerza política de coordinar dependencias, pues habrá que apelar a todas las
centrales, pero también a las regionales y a las locales. Hay que implicar a
todos los grados del poder, pues pienso que lo que debemos adelantar es una
focalización. Esto es, censo por barrio o localidad de las habilidades que
puedan ser objeto de organización productiva y la recurrencia inmediata al
microcrédito. Creo que este programa debe centrarse en las mujeres. Hablo de
proyectos de todo tipo, de una imaginación alimentada por los funcionarios que
realicen las investigaciones y de un sistema de préstamos tales como los
implementados de manera más que exitosa por el Banco de los Pobres de
Bangladesh y que mereció a su titular el Premio Nobel de Economía. Hablo de las
zonas urbanas y reconozco las diferencias con los programas a implementar en
las rurales, pero hay suficientes experiencias para desarrollar planes. El
Estado da infraestructura, desde caminos hasta servicios de salud, pero debe
ser la gente, con toda la asistencia necesaria, la que vaya a la capacitación y
empleo cooperativo para el fomento de los recursos naturales y hasta el
establecimiento de casas-escuelas para niños de estas zonas marginadas.
Propongo trazar un Programa Nacional de Solidaridad para involucrar no sólo a
la empresa privada sino a la población toda, como para aprovechar oportunidades
de empleo y capacitación voluntaria e implementar un método de trabajo
comunitario entendible por la gente que muestre solidaridad. No se trata de
asistencia, se trata de ayuda estructural y además condicionada: para hacerse
beneficiario se pone como condición la asistencia de los niños a la escuela. Es
mi principio general: todo el que quiere reivindicaciones deberá pagarlas con
su superación personal. Mucho se habla de la pequeña y mediana empresa, pero
nadie se refiere a la microempresa que creo una de las armas claves para
enfrentar el tema. Y la prioridad en este campo deben ser las mujeres. Cuando
hablo de mujeres es obvio que estoy pensando en los niños. Debemos ir hacia el
análisis socioeconómico de región por región, de zona por zona, de barrio por
barrio y una cosa sumamente importante: la identificación de los patrones
culturales y el consecuencial estilo de vida imperante en cada sitio, la
determinación de programas sobre esos sitios con pobreza absoluta o pobreza
relativa, la especificación sobre pobreza educativa y la pobreza de servicios y
la pobreza de seguridad social. Vacunación, contaminación, limpieza urbana,
nutrición, evaluación de antecedentes de enfermedades, evaluación de
criminalidad. La lucha contra la pobreza es compleja y requiere como he dicho,
de un organismo específico.
teodulolopezm@outlook.com
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