Teódulo López Meléndez
Educación: el signo del nuevo gobierno
Comencé mis planteamientos al país advirtiéndole sobre las graves dificultades de la transición. Si bien el cuadro económico nos llamará a alarma y a previsiones drásticas, el nuevo gobierno democrático deberá dar señales inmediatas de su camino en la globalidad de lo que será su propósito y esencia. Es por ello que he dicho que debe declarar de inmediato la emergencia educativa.
Considero que el decreto de emergencia deberá incluir la revisión total del sistema, un aumento general de salarios a los educadores y un compromiso claro de cursos inmediatos e intensivos de actualización y modernización. Ya tengo visualizados esos cursos y quien los dirigiría. Ello incluye el uso masivo de la tecnología y el cumplimiento al cien por ciento de una computadora en manos de cada niño o joven escolarizado, programa ya iniciado por el presente gobierno.
Es, por supuesto, complicada la revisión total de los pensa, pero menos lo es adaptar el cuerpo educativo a las nuevas realidades y paradigmas del siglo XXI. Las disponibilidades financieras podrán imponer etapas en el reconocimiento salarial a nuestros educadores, pero se debe cumplir bajo el principio de que todos nos adaptamos a una enseñanza que exceda al caletre o a la memorización para convertirse en un proceso de formación de hombres y mujeres. Para ello tenemos la capacidad de magníficos profesionales que delinearán un proyecto educativo que nos permita avanzar aceleradamente hacia una sociedad del conocimiento y hacia una educación para la vida.
La educación está íntimamente ligada a la cuestión social. Hay elementos de especial atención como la deserción escolar o simplemente el no registro de un niño en una escuela, problemas ligados a violencia doméstica o a la pobreza extrema. No puede haber un plan educativo sin equipos asistentes en lo psicológico, en la atención a la familia de donde proviene el alumno y en el suministro de una alimentación balanceada. El Ministerio de Educación deberá ser un ente completo y complejo, uno de variadas especificaciones en su actuar.
Mención especial merece la educación universitaria. Entre los puntos esenciales de la deuda social está el atraso ya eterno en el cumplimiento de las obligaciones para con las universidades. Creo que puede establecerse un lapso de dos años como propósito para cancelarla, pero las universidades deben saber que, sin imposiciones de ningún tipo y en la absoluta libertad de la academia, deben avanzar hacia un proceso de reformas. Las universidades no pueden seguir como están. Debemos convertirlas en instituciones de primera. Entre todos debemos señalarnos un período no superior al de un período constitucional en busca de un nivel académico que las sitúe entre las primeras 500 del mundo, al lado de las universidades chilenas y mexicanas que han alcanzado ese rango.
La educación, entonces, debe ser mostrada como la prioridad del nuevo gobierno democrático. No podremos replanificar sin la declaratoria de emergencia. Tenemos personal de sobra para intentarlo, como podremos perfectamente enviar al exterior el personal que se lo merezca a estudiar los sistemas que han tenido éxito en el mundo y traer personal extranjero de alta significancia a participar en los cursos de actualización y empuje hacia adelante.
Nuestra participación en el contexto económico
Uno de los más grandes errores del presente régimen fue, por circunstancias políticas muy mal medidas, voltear la atención del país hacia Brasil y dar la espalda al camino andino. Con absoluta propiedad nuestra vía hacia la integración es el proceso ya viejo hoy llamado Comuinidad Andina de Naciones. El primer paso en esta materia deberá ser retirar nuestro retiro –valga la reiteración- de la CAN. El segundo, obviamente nuestro ingreso al MERCOSUR, el que sería aprobado sin contratiempos por tratarse de un gobierno democrático el que lo solicita. Discutir aranceles, hacer lista de productos, establecer excepciones, es un trabajo que podemos llamar fastidioso, pero indispensable en un proceso de integración. Mi propuesta es que una vez que estemos en ambas de organizaciones de integración nuestro país se convierta en un puente efectivo de conjunción de ambas en procura de un mercado común que concrete, al fin, los anhelos integracionistas.
Las relaciones con Colombia deben ser privilegiadas. Es inútil abundar en las razones, pero debo añadir un elemento: Venezuela debe salir hacia el Pacífico en procura de una vocación asiática. Casi el mismo día que reclamaba esta acción como urgente el Presidente Santos habló de la construcción de un gran ferrocarril que otorgaría a Venezuela esa condición. Deberá procederse a los estudios preliminares con urgencia y pensar en el puerto sobre la costa colombiana tal vez como un producto conjunto. Entre Colombia y Venezuela se ha conversado mucho y las ideas se quedan en el papel. Esa salida hacia otro océano de nuestro país tendrá, sin lugar a dudas, mucha oferta de financiamiento, de manera especial en los hambrientos países asiáticos que corren rápidamente en búsqueda de nuevos posicionamientos parea sus economías.
Ese ferrocarril, así lo ha dicho el presidente Santos, podría ser considerado una alternativa al mismísimo Canal de Panamá. Pero hay otro proyecto que tiene siglos en la especulación, ya pensado por los Padres Libertadores, y es de la integración fluvial del continente. Algunos estudios han sido hechos, pero está claro que podremos construir la red de carreteras de agua conectando nuestros ríos y convirtiéndolos en la más espectacular autopista para que nuestros productos viajen en todos los sentidos. Ese es un desafío Que hay que asumir. Lo deberá asumir el nuevo gobierno democrático.
Finalmente me parece que en este campo hemos privilegiado relaciones hacia Europa no siempre satisfactorias. Insisto en que tenemos delante las Antillas Neerlandesas, cada una ahora con un estatuto especial, pero que, en mi opinión, son la vía correcta para nuestro acercamiento, para nuestra aproximación comercial con la Unión Europea.
Emergencia educativa y rápido proceso de entendimiento con los pueblos de América. Lo propongo.
teodulolopezm@yahoo.com
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