Pessoa, la respuesta de la palabra





Por Juan Ruiz de Torres

Hace tiempo tengo entre mis (escasos) libros a los que deseo hacer una reseña este formidable trabajo del que es uno de los polígrafos americanos cuya medida palabra más me satisface: Teódulo López Meléndez. Bien conocido como poeta, tiene una página en internet que merece toda consideración, y sobre todo escribe con aguda pluma toda clase de de comentarios bibliográficos.

Como éste que tengo entre mis manos. Primero aparecido como página en internet (que se puede aún consultar en http://www.komedi.com.br/escrita/leitura.asp?Texto_ID=10799), luego como texto que tuvo la gentileza de enviarme el autor. Su complejidad, su extensión, han entretenido mi diligencia y mis muchos quehaceres durante 2013. Pero me ha acompañado, con interés creciente, muchos meses.

En suma, presenta el texto de más de un centenar de páginas un nuevo Pessoa (al menos para mí, que nunca entendí bien sus cambiantes puntos de vista y aún menos las circunstancias de sus varios heterónimos). Ahora he comprendido por fin que, en realidad, Pessoa fue un "animal político", esto es: se pasó la vida (no demasiado larga, desgraciadamente) obsesionado por sus visiones políticas internas y con los cambios numerosos en la realidad portuguesa: de la monarquía a la república (en realidad, a las dos o tres formas de república que el país experimentó) y en fin a la dictadura de Salazar. Todo ello le incitó a escribir -en general por boca de sus heterónimos- sus numerosos puntos de vista, que le llevaban a acoger con entusiasmo cada cambio para luego caer en la desilusión.

Pessoa anhelaba varias cosas en realidad irrealizables: el regreso del "desejado", el rey Don Sebastián, muerto y desaparecido en su funesta aventura afreicana, en la batalla de Alcazarquivir; la recuperación del "imperio portugués" y su amplio papel en el mundo; la estructuración del panorama político portugues con hombres, con mandos que devolviesen el pasado esplendor; una democracia muy sui generis, que no siguiese los dictados de Francia o Inglaterra; una creación de una Iberia más potente e influyente, pero desde luego no unida físicamente. En fin: entre tantas ambiciones, siempre cambiantes, como describe su trabajo, uno alcanza a vislumbrar los complejos mundos que el poeta Pessoa intenta reflejar sin nunca conseguirlo, porque la matriz, la fuente de esos mundos nunca llegó a concretarse en el político -siempre teórico, jamás activo- Fernando Pessoa -a través sobre todo de sus heterónimos- imaginaba y de continuo cambiaba.

Ha sido una visión deslumbrante, descubridora, la que me ha dado el trabajo de este venezolano inspirado. Recomiendo vivamente a los lectores interesados en comprender mejor a Fernando Pessoa, uno de los grandes poetas de siglo XX, que lean el artículo-libro de López Meléndez (ver el enlace al inicio de esta reseña), hasta que su autor revise las pequeñas erratas y lo publique como libro, porque lo merece.



(Juan Ruiz de Torres, Madrid, 12.2013

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